Agresivo es la única denominación del Papa y de los obispos para calificar al laicismo español. Llaman agresión a la exigencia de la retirada de los privilegios que disfruta indebidamente la Iglesia Católica y al rechazo de sus injerencias en el ambito Públco. El laicismo que busca el Estado laico defensor de la libertad de conciencia de cada individuo, tambien de los religiosos, reclama la eliminación de la materia de religión en la escuela y la retirada de sus simbologías que presiden Instituciones Públicas; la supresión de la financiación cuantiosa de la Iglesia Católica con fondos públicos y la eliminación de las discriminación legales, del Concordato franquista y sus Acuerdos inconstitucionales con el Vaticano… ¡Claro que es como para que se sientan agredidos! Así que sus críticas ya no van dirigidas al ateísmo o a otras religiones, que son sus rivales propios.
La alusión papal a los años treinta insiste en la perversa confusión que hacen del laicismo con los crimenes contra los religiosos. Ellos sí que tendrían que padir perdon por sus abusos a lo largo de nuestra historia; y por los más recientes de “la cruzada” y sus secuelas.