El consejero murciano de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, calificó ayer de «absolutamente positiva» la sentencia dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia en la que establece que la colocación de un belén en un instituto de Murcia no vulnera ningún derecho.
«Nosotros éramos los demandados», apuntó Sotoca, quien recordó que «ya en su momento dijimos que la instalación de belenes es algo que responde a las programaciones escolares de los centros y corresponde a ellos, por tanto, la decisión de montarlos o no montarlos».
Igualmente, señaló que desde la Consejería de Educación «entendíamos que se respetaba absolutamente la libertad religiosa e ideológica, como así lo ha puesto de manifiesto el Tribunal Superior de Justicia».
«Nuestra valoración es absolutamente positiva y, además, nos alegra que se zanje este tema» pues el sistema educativo «tiene otros problemas distintos», concluyó el consejero de Educación, Formación y Empleo.
Los hechos se remontan a diciembre de 2008, el curso pasado, cuando un profesor de un instituto murciano interpuso un recurso contencioso administrativo contra la Consejería de Educación, pidiendo la retirada del vestíbulo de entrada del centro del belén ubicado durante los días previos a las fiestas de Navidad, argumentando que vulneraba el derecho a la igualdad y a la libertad religiosa.
En las últimas semanas, y coincidiendo con la reciente declaración del Tribunal Europeo de Derechos Humano, señalando que la exhibición de crucifijos en las aulas «es contraria al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus creencias y al de libertad de Religión de los alumnos», se ha reavivado el debate sobre la conveniencia de que las aulas luzcan símbolos religiosos.
Como en el caso de los belenes, la Consejería de Educación ha decidido dejar que sean los propios colegios, «en virtud a su autonomía pedagógica y organizativa», quienes decidan si mantienen los crucifijos o los retiran.