Son unos padres que defienden la laicidad y no soportan ver a su hija en un colegio religioso. Dice el delegado de Lleida de la Conselleria que a pesar de ser un colegio religioso imparten eduación laica, pero los padres afirman que no es cierto y además obligan a las niñas a ciertas prácticas religiosas. Para más verguenza las "monjitas" de marras "cobran" a las niñas una mensualidad, conculcando así la "educación gratuita" a que están obligadas.
POSDATA: En fecha de hoy me llega la notícia que la Conselleria d'Ensenyament ha rectificado su inicial postura y adjudica una plaza en un instituto público. Afortunadamente la lucha de unos padres ha conseguido esa conquista democrática, pero ha sido una pena que por ello la niña haya que tenido que estar varios dias sin clase.