Según fuentes municipales, esta vinculación contractual suponía unos 4.200 euros al año y su función consistía en atender bautizos, comuniones y bodas del cuerpo de Bomberos
La Asociación aragonesa Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) ha mostrado su satisfacción por la suspensión del convenio entre el Ayuntamiento de Zaragoza y un sacerdote destinado al culto católico en el Servicio de Bomberos, cuyo importe ascendía, según fuentes municipales, a 4.200 euros al año, o lo que es lo mismo: 350 euros al mes, “casi una pensión no contributiva actual”, señalan desde MHUEL. “Dicho sacerdote es canónigo en la basílica del Pilar, no se queda precisamente en el paro”, matizan.
Su misión consistía en ofrecer la misa anual del cuerpo de Bomberos, aunque actualmente ya no se celebra en ningún espacio municipal, y atender bautizos, comuniones de “una minoría de ese cuerpo”. “La inferencia lógica es que quien desee ceremonias religiosas que se las pague”, apuntan desde la Asociación aragonesa, ya que, según defienden, este “es un privilegio que no debía continuar”.
Del mismo modo, a juicio del colectivo laico, el debate consistente en si la cabalgata de reyes es cultural o confesional se ha sustanciado suspendiendo la adoración de los reyes magos en el Belén, “definiéndose así como un acto cultural de gran aceptación por la ciudadanía”. En su opinión, “las instituciones ejercen sus funciones para toda la población, ni para una mayoría católica ni para minorías multiconfesionales, administrando a todas y a todos, creyentes y no creyentes, sin privilegios para nadie”.
Por ello, desde MHUEL felicitan al Gobierno de Zaragoza por estos “dos pequeños avances”.
Sin embargo y al mismo tiempo, la Asociación laica muestra su preocupación “por el uso político torticero y el alcance de crispación social alimentado desde fuerzas políticas, que lejos de una búsqueda objetiva y racional de los hechos, solo se dedican a crear una barrera psicológica entre buenos y malos con todas sus connotaciones”. “Utilizar la religión o los sentimientos religiosos para fines políticos es el último reducto para intolerantes y poco amantes de los mínimos valores democráticos”, aseveran.
Asimismo, subrayan que “la retórica, cada vez más fundamentalista del grupo municipal del PP no debe ser tomada en consideración; sus argumentos son falaces y ajenos a la universalidad de la población zaragozana”. “El laicismo institucional debe respetar a todas las confesiones y a las personas que no las tienen, buscando la libertad y la igualdad; en suma, avanzar en democracia”, recalcan.