Según nos informan los compañeros de MHUEL, una compañera de Huesca tiene que soportar a diario los ensayos de una banda de las cofradías de semana santa. Pese a las multiples denuncias y gestiones ante el Ayuntamiento para que se respete la normativa sobre ruidos, que obliga, sobre todo de noche, a no sobrepasar un número de decibelios que rompa la tranquilidad del ciudadanos dentro de su casa, los ediles hacen caso omiso ante el autor de este atropello, una banda cofrade.
Situaciones similares se viven en muchas ciudadanes españolas, y especialmente andaluzas, con iguales resultados.
Y es que la iglesia y sus acólitos tienen bula, sólo los penosos trámites judiciales consiguen llevarse las bandas, como en el caso de Granada a las rotondas de las autovías que bordena la ciudad.