El profesor Manuel García Parody nos cuenta cómo funcionaba este tribunal que en Córdoba tuvo a uno de sus más crueles protagonistas: Lucero, el Tenebroso.
Esta semana, en Hoy por Hoy Córdoba, hemos conocido cómo funcionaba el temido tribunal de La Inquisición y quiénes fueron algunos de sus más crueles protagonistas en Córdoba.
«La Inquisición era un tribunal eminentemente religioso cuyo objetivo era perseguir a los falsos conversos«, nos ha explicado el profesor Manuel García Parody. Una labor en la que desempeñaban un papel muy destacado los denominados «familiares de la Inquisición», que, según Parody, «no eran otra cosa que los soplones con los que contaba el tribunal y de los que se calcula que llegó a haber uno por cada doscientos vecinos, lo que la convertía en una red de espionaje muy poderosa».
Una vez llevado el acusado ante el tribunal éste tenía que demostrar su inocencia mientras era sometido a «tormento«. Además, recuerda Parody, «no sabias de qué te acusaban ni quién te había delatado», por lo que en su opinón se trababa de «una auténtica aberración desde el punto de vista jurídico».
Lucero el Tenebroso
La historia de la Inquisición en Córdoba siempre estará ligada al nombre de Diego Rodríguez Lucero, conocido como el Tenebroso. Natural de Moguer (Huelva) fue destinado a Córdoba como inquisidor. Aquí será recordado por ser un «verdadero buscador de herejes» y por ser, según García Parody, el responsable de «la mayor ejecución en toda la historia de la Inquisición en España, cuando el 22 de diciembre de 1504 envió a la hoguera a 107 personas».
