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Iglesia católica, derechos humanos y sociedad

III Encuentro por la Laicidad en España. Albacete 2003

Aproximadamente existen en el sistema de Naciones Unidas 103 convenciones internacionales sobre los derechos humanos, son convenciones  de carácter general  o bien especificas que se refieren a ciertos derechos particulares o convenciones que protegen a determinados grupos o colectivos de personas o convenciones relativas a las múltiples discriminaciones que se realizan en el mundo. De estos 103 convenios internacionales sobre derechos humanos, la Santa Sede ha suscrito solamente 10, lo que indica que la Santa Sede, en cuanto se refiere a compromisos públicos de carácter internacional por la defensa y promoción de los derechos humanos, está en los últimos lugares de la lista de Estados a nivel mundial, incluso detrás de Ruanda. Es decir la Santa Sede es de los Estados menos comprometidos en todo el mundo en la defensa de los derechos humanos.

Por ejemplo la Santa Sede no ha ratificado ninguna de las convenciones sobre la supresión de las discriminaciones basadas en la sexualidad, la enseñanza, el empleo y la profesión. Tampoco las relativas a la protección de los pueblos indígenas, los derechos de los trabajadores, los derechos de las mujeres, la defensa de la familia y el matrimonio. Como tampoco las convenciones que se han firmado contra los genocidios, los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad o contra el apartheid. Ni las que se refieren a la supresión de la esclavitud o los trabajos forzados. Ni las que prohíben la tortura y la pena de muerte.

Además la Santa Sede, que es un Estado muy singular, realiza una legitimación internacional que no se atiene a los derechos humanos sino a sus propios derechos e intereses. El Papa, en sus viajes, ha dado de comulgar a dictadores y torturadores como fue el caso de los dictadores argentinos o chilenos. Pinochet ha sido tratado por el Vaticano prácticamente como a un beato, incluso en sus peores momentos. La Santa Sede dice que los viajes del Papa son viajes religiosos , espirituales, pero todos sabemos que tienen un hondo significado político de legitimación de tal o cual gobierno. Cuando el Papa fue a Cuba, el Papa estuvo  muy duro con Fidel Castro, denunciando delante de él la situación de la Iglesia en Cuba, el problema de los disidentes, de los presos políticos etc, pero cuando el Papa visitó el Chile de Pinochet no dijo nada de esto, no se refirió a la dictadura pinochetista y a la violación sangrienta de los derechos humanos y lo mismo podemos decir de  la Argentina de Videla. Este trato mas que amable con los dictadores contrasta, por ejemplo, cuando el Papa viajó a Nicaragua, en plena revolución sandinista: todos recordamos que nada mas bajar del avión, reprendió mas que inamistosamente a Ernesto Cardenal, ministro de cultura del gobierno nicaragüense. Es decir, que la Santa Sede y el Papa tienen varas de medir de muy diferente tamaño según sea tal o cual gobierno y por lo tanto parece que la Santa Sede no tiene una doctrina muy elaborada de los derechos humanos y apoya tal o cual gobierno según sea tratada la Iglesia Católica, incluso en la posición del Papa ante la ultima guerra contra Irak, caben hacer interpretaciones en este sentido.

Los derechos humanos constituyen un problema que la Iglesia aún no ha resuelto ni para fuera de la iglesia ni en su interior. Para fuera no puede aceptar los derechos humanos tal y como están positivados porque  la concepción universal de los derechos humanos es ajena a la Iglesia. Y para dentro, la Iglesia Católica es una monarquía absoluta que viola cientos de derechos de sus propios miembros. En mayo de 1990, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un documento: Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo  En el n. 36 de ese documento se dice lo siguiente: «no se puede apelar a los derechos humanos para oponerse a las intervenciones del Magisterio».

Así pues la Iglesia cuando habla de derechos fundamentales de las personas no se refiere a los derechos fundamentales tal y como están concebidos en el derecho internacional sino a los derechos de las personas tal y como los considera su Magisterio. Por eso la Iglesia intenta influir en la concepción universal de los derechos universales, para que ésta  se adapte a su concepción y así nos encontramos que los derechos humanos tal y como hoy están configurados en las declaraciones de derechos, sobre todo las de ámbito europeo, han sido influenciadas por la ideología de la Iglesia y ello es así porque muchos de los equipos políticos que redactaron estas declaraciones, sufrieron una influencia muy directa de la Iglesia.

Sin ir mas lejos podemos considerar la Declaración de derechos fundamentales  de la Unión Europea del año 2000  Esta declaración contiene muchos elementos que sin duda han sido influenciados por la iglesia católica, se han colado, casi sin querer, en esta declaración y cuando esta carta tenga valor jurídico, que aun no lo  tiene, y se pueda acudir a los tribunales invocando esta carta nos podremos encontrar con mas de una sorpresa:

–El articulo 2 establece que toda persona tiene el derecho a la vida. Pero no se dice nada del aborto libre  ni de la eutanasia. El problema es que en un futuro legislaciones nacionales que prohíban estas practicas pueden mantener legitimidad europea.

–El articulo 3  Respeto a la integridad de las personas, estableciendo una prohibición taxativa de practicas eugenesicas sin haber tenido en consideración practicas eugenesias que puedan ser beneficiosas para la eliminación de taras genéticas: ha sido una clara concesión a la Iglesia.

–El articulo 7 Respeto a  la vida privada y familiar, nuevamente se introduce el concepto de “vida familiar” cuando el respeto a la vida privada es suficiente pero nuevamente es un reflejo de las concepciones eclesiásticas

–El articulo 9 Derecho al matrimonio y a fundar una familia, de acuerdo a las leyes de cada país. Es decir no se contempla las formas de uniones de hecho y el fundar una familia se vincula al matrimonio y  tampoco se dice nada de los matrimonios homosexuales.

Por supuesto que esta Carta dio mas de un quebradero de cabeza a los redactores ya que se sufrieron presiones por diversos países para hacer constar en la introducción una mención a los valores religiosos, finalmente fue Francia y Holanda quienes impusieron fórmulas más neutrales, aunque ello no se haya podido lograr en el proyecto de Constitución Europea donde si se ha temido que introducir una mención a la “herencia religiosa” europea.

Pero lo que queremos decir es que el Vaticano actúa como un fuerte lobby con tentáculos en los principales partidos políticos nacionales para imponer de alguna forma sus concepciones sobre los derechos fundamentales.

Así pues la Iglesia Católica  y también otras confesiones religiosas intentan influir con mecanismos de presión directa sobre los Estados y sobre las organizaciones internacionales con el fin de que la concepción de los derechos humanos de la sociedad internacional se adapte a sus postulados confesionales. Ello fue claro en la Convención de Derechos humanos del Consejo de Europa  de los años cincuenta donde en su primer protocolo se introdujo el derecho a la libertad de enseñanza basada en la elección confesional de los padres y por tanto se introdujo como derecho fundamental nada mas ni nada menos que la segregación educativa por motivos confesionales, lo que a todas luces es una barbaridad. Algunos Estados laicos, como Francia, firmaron a regañadientes esta Convención aunque denunciaron, en su momento, las presiones eclesiásticas a las que se vieron sometidos los Estados, denunciando la actitud de los partidos democratacristianos de la época.

También en los procesos da transición sociopolítica las iglesias intentan dejar su huella en las definiciones constitucionales de los Estados. Este es el caso de lo que ha sucedido en la mayoría de los países del Este europeo pero también se vio claramente en procesos de transición como el caso español o el caso portugués. En general la Iglesias y en especial la Iglesia católica intenta que las nuevas constituciones contengan un trato especial para con las iglesias en cuanto a la salvaguardia de su autonomía frente a las leyes civiles de carácter general; intentan asimismo que en las nuevas constituciones existan referencias positivas a la religión y a la denominada libertad religiosa separando la libertad religiosa de la libertad de conciencia. También intentan que las Constituciones introduzcan garantías para la fundación de colegios confesionales y si es posible para su financiación o en cualquier caso obviando formulas de prohibición de subvencionar las religiones. Es decir, procuran que las formulas constitucionales no sean verdaderamente laicas. También intentan que todo el bloque de derechos individuales y de familia esté más  o menos de acuerdo con algunas concepciones clericales sobre este particular. También intentan que su patrimonio y sus rentas estén exentos de la fiscalidad y procuran formulas que su patrimonio histórico cultural este separado del patrimonio nacional.

Últimamente la Iglesia católica tiene que hacer frente, al menos en el mundo occidental, a contestaciones muy importantes de la sociedad civil, una sociedad civil muy secularizada  que contesta la intromisión de la iglesia en cuestiones de legislación sobre derechos humanos o derechos individuales.

En concreto la Iglesia tiene que hacer frente a  los siguientes bloques de asuntos:

–Su concepción sobre la familia y el matrimonio. Aunque la iglesia siempre se ha opuesto a las leyes sobre el matrimonio y la familia que surgen en Europa en el siglo XVIII y XIX en la actualidad esta envuelta en una batalla contra las mujeres y contra el ejercicio libre de la sexualidad, particularmente es dura la cruzada que tiene abierta en contra de los homosexuales.

–Su concepción sobre las pautas demográficas y la planificación de la reproducción. En esta batalla se ha enfrentado dentro del sistema de Naciones Unidas a una gran parte de Estados y de organizaciones internacionales.

–Su concepción retrograda sobre los problemas de la reproducción asistida y la practica de manipulación genética de embriones le enfrenta a los científicos e intenta limitar los avances en estos campos influyendo en las legislaciones nacionales.

–Quiere seguir manteniendo una parte del control educativo en muchos Estados y para ello batalla porque se legisle atendiendo no al derecho de los menores sino al muy discutible derecho de elección educativa de los padres. Las tendencias a la privatización de los servicios públicos en muchos países europeos juegan a favor de las Iglesias.

–Quiere mantener su autonomía organizativa por encima de las leyes civiles con el fin de mantener privilegios de orden socioeconómico y esta autonomía también incluye la violación de los derechos fundamentales de sus propios miembros intentando mantener una especie de patente de corso en la vulneración de los derechos fundamentales de sus miembros.

En España todas estas cuestiones están de permanente actualidad.

Desde la transición política la iglesia ha intentado influir para que la legislación asumiera parte de sus concepciones. Primero en la propia redacción constitucional donde ya estableció una serie de prerrogativas  sobre la educación y sobre su autonomía así como sobre el matrimonio, el aborto y las formas familiares que todavía están pesando en nuestra legislación.

Posteriormente la iglesia  estuvo muy activa en el denominado  Estatuto de centros y en la ley del divorcio. Referido a esta ultima ley la presión de la iglesia fue fortísima y en gran medida consiguió una ley de divorcio muy timorata y hoy claramente caduca.

Pero veamos estos asuntos con mas detalle.

El sistema matrimonial en España. El sistema matrimonial tiene claramente un marcado carácter canónico y además se mantiene un sistema matrimonial dualista , el matrimonio civil y el matrimonio canónico. Es curioso, además, la discriminación con las religiones minoritarias a las que se les aplica exclusivamente el matrimonio civil. Pero el hecho es que, en España, el matrimonio religioso católico tiene efectos inmediatos civiles. Se da la paradoja, por ejemplo, que una nulidad matrimonial canónica tiene efectos directos y la disolución es inmediata mientras que para perfeccionar el divorcio civil es necesario esperar dos años.  Pero esta idea de la eficacia civil de las resoluciones canónicas en materia matrimonial es hoy un sin sentido.

El hecho de que en España no se haya desarrollado una nueva ley de divorcio más acorde con los tiempos que vivimos tiene una explicación y es la influencia e ingerencia de la iglesia. Lo mismo ocurre con la inexistencia de una legislación de las uniones de hecho. Estamos observando, en España, que las CCAA tienen que establecer leyes y registros particulares para regular estas situaciones pero el Estado no se atreve a legislar sobre el particular, finalmente el PP dice que regulará esta situación pero de forma timorata. Y lo mismo ha ocurrido con las proposiciones de ley que se han presentado sobre la reforma del Código Civil para incluir la posibilidad de matrimonio homosexual.  El PP esta opuesto claramente a esta posibilidad y el resto de los partidos tiene sus dudas sobre la adopción por parte de las parejas homosexuales; por supuesto que toda estas negativas y precauciones tienen que ver mucho con la posición de la iglesia Católica sobre el particular.

Un caso paradigmático sobre como influye la iglesia Católica en España sobre la legislación es el asunto del aborto. En España existe una despenalización del aborto en determinados casos y desde sus orígenes la mayoría de los partidos políticos consideraron que era una regulación insuficiente pero, al final, ha sido el denominado movimiento pro-vida y la Iglesia Católica quien ha hecho que se mantenga este insuficiente status quo. Si no, no se explica como el partido socialista con mas de doce años de mayoría absoluta haya sido incapaz de reformar esta regulación y establecer el aborto como un derecho para las mujeres  mediante la regulación de una ley de plazos como existe en una gran parte de Estados europeos. La influencia de la iglesia en una gran cantidad de Estados de tradición católica para imponer sus concepciones sobre el aborto es escandaloso, incluso en países europeos como Irlanda todavía tienen que estar consensuando este asunto con la Iglesia Católica. Además, las posiciones de la Iglesia Católica sobre la contracepción, que prácticamente prohíbe cualquier método, ha influido en el uso libre de los métodos anticonceptivos, incluso en España esto ha ocurrido con la denominada píldora del día después. Incluso campañas publicas sanitarias sobre el uso del  condón son contestadas por el episcopado imponiendo, en ocasiones, pautas timoratas a la hora de la realización de estas campañas. Es escandaloso el uso que hace la Santa Sede de su posición privilegiada en la  ONU bloqueando conferencias internacionales o provocando debates artificiales para intentar condicionar la acción de Naciones Unidas o sus organismos especializados.

Pero además la iglesia católica en España y, en todo el mundo, hace publicidad en contra de la salud publica y la seguridad sanitaria y estas practicas publicitarias son toleradas por los gobiernos. El culpabilizar a las mujeres que abortan o a los jóvenes que utilizan condones se hace permanentemente en las campañas publicitarias  de la iglesia sin que los organismos de salud publica tomen medidas frente a esta publicidad engañosa. Además el hecho de que más de un 30% de los niños y jóvenes estén escolarizados en colegios católicos y sean bombardeados con este tipo de concepciones es algo que, está amparado, según parece, por la llamada libertad religiosa.

Un caso aparte merece el asunto de la homofobia eclesial. En nuestro Código Penal existe establecido un delito contra las personas u organizaciones que difundan ideas racistas, xenófobas u homófonas y sin embargo la Iglesia difunde estas ideas homófonas de forma permanente. El Papa considera que la homosexualidad es un desorden mental y una degeneración de la persona y los obispos y los curas difunden esta idea de forma machacona y el fiscal del Estado no hace nada ante este tipo de declaraciones homófonas. En alguna ocasión el asunto ha llegado a los tribunales pero pronto las denuncias son archivadas por unos jueces no ajenos a la influencia católica y al parecer poco conocedores de los tipos delictivos de nuestro código penal.

También la iglesia española esta muy activa en contra  del desarrollo de la manipulación genética de embriones y de las técnicas de asistencia reproductiva. Desde las academias científicas se han levantado voces para que el gobierno cambie la regulación de estos aspectos señalando a la iglesia como la ultima responsable del inmovilismo gubernamental y del cuerpo legislativo.

Un asunto donde la iglesia tiene mucho interés y donde su influencia es ejercida es en la regulación legal de la enseñanza. Aunque ya se ha dicho mucho aquí es necesario subrayar que en España toda la legislación educativa ha estado condicionada por la Iglesia Católica y no es algo que afecte solo a la clase de religión y a la llamada asignatura alternativa sino que afecta al modelo educativo en su conjunto. No por casualidad la patronal católica de la enseñanza a saludado a bombo y platillo la ley de calidad de la enseñanza. En realidad, lo esencial para la iglesia católica es el mantenimiento de un sistema educativo dual publico-concertado. Pero es escandaloso que  los gobiernos regionales que tanto dinero dan a los colegios católicos no intervengan apenas en el funcionamiento de los mismos. ¿Porque no se interviene en la selección de las plantillas docentes de los colegios concertados ya  que  éstas están financiadas íntegramente por los presupuestos de las CCAA?

Un asunto que tiene mucha importancia y que la iglesia siempre intenta influir es que sus organizaciones queden amparadas por Acuerdos Internacionales  con la Santa Sede o en leyes especiales pero no por las leyes  generales. Esto es lo que ocurre en España.  Con la reciente ley de asociaciones, las asociaciones católicas quedan al margen de la ley de asociaciones civiles y lo mismo ocurre con las fundaciones religiosas. Estas asociaciones católicas no se inscriben en el  Registro civil de asociaciones ni tampoco en registro de Fundaciones sino que acuden directamente al registro de  entidades religiosas. Por un lado lo que logra la Iglesia es, en caso de las asociaciones católicas, mantener un estatuto casi idéntico al de la propia iglesia y por otro, en el caso de las fundaciones religiosas católicas, tener una total evasión de los controles públicos. Es increíble, por ejemplo, que una Universidad Católica, la llamada Universidad Católica de Ávila se haya constituido como una  fundación religiosa y de esta forma evadirse de muchos de  los deberes a que están sometidas las Universidades privadas que se constituyen de acuerdo a la ley de universidades de cada comunidad autónoma. Igualmente muchas de las llamadas ONG católicas en realidad no son tales ya que están constituidas no como asociaciones civiles sino como fundaciones religiones o asociaciones católicas. Un asunto aparte merece la financiación de la Iglesia Católica, ya que  aparte de la financiación directa del Estado al clero bajo la forma de dotación directa o financiación indirecta, a través del IRPF, es evidente que la Iglesia y sus instituciones se configuran como zonas opacas de las finanzas en España. El caso Gescartera en España ha puesto en evidencia los laberintos por los que trasiega el dinero de las diócesis y las congregaciones españoles y pone en cuestión la financiación directa del Estado a la Conferencia Episcopal española. La Iglesia, en relación al dinero, intenta influir en dos asuntos: primero,  mantener la opacidad de sus fondos y capitales y segundo, lograr las máximas exoneraciones fiscales posibles.

Una forma de evadir las leyes nacionales e imponer privilegios es la suscrición de Acuerdos internacionales es el caso de los Acuerdos con la Santa Sede del año 1979 donde el Vaticano es utilizado para que la Iglesia Española obtenga privilegios en el ámbito de su financiación, de la educación y de otros asuntos, privilegios que incluso están en el limite de la Constitución. No por casualidad cuando se firmó el Tratado de Ámsterdam se incluyó una declaración  final, de claro tinte clerical, en el que se establecía que la Unión Europea no prejuzgaría el sistema de relaciones Iglesia Estado de cada Estado europeo.

Un asunto que la Iglesia quiere esquivar y que ya cada año tiene mas problemas en esquivar es la violación de los derechos fundamentales en su propio interior. Las quejas de sus miembros  son cada año más numerosas.

La imposición del celibato, el mantenimiento de estructuras organizativas en su interior autoritarias, el papel discriminatorio de la mujer dentro de la iglesia: todo ello es cuestiones que desde un punto de vista del laicismo si tiene implicaciones. Recientemente nuestra Asociación Europa Laica ha estado denunciado las violaciones de derechos fundamentales de las personas en un convento de Oropesa. El problema de fondo es si las organizaciones, sean estas religiosas o no, pueden imponer por la coacción restricciones de derechos a sus miembros y cuando digo derechos estoy hablando de derechos reconocidos en las leyes. Por ejemplo el celibato no opcional para los curas católicos o prohibiciones que afecten a la salud e integridad física como el caso de las trasfusiones sanguíneas de los Testigos de Jehová o imposiciones sobre la no-asistencia a clases de educación física por parte de familias musulmanas en España… todo esto son ejemplos de lo que estoy diciendo.

Además el violar derechos fundamentales en su interior suele tener consecuencias para el exterior. El problema del abuso sexual de muchos curas a menores se esta convirtiendo en un escándalo mayúsculo que muy difícilmente se parará o se reparará con las indemnizaciones multimillonarias que la Iglesia, por ejemplo, en EEUU, esta obligada a pagar. Se ha estimado  que, en EEUU, desde 1985, son 1500 el numero de procedimientos penales sobre casos de abusos sexuales a menores en los que están envueltos miembros de a Iglesia Católica. En 1977 un jurado condenó responsable subsidiario a la diócesis de Dallas por un valor de 120 millones de dólares de indemnización a las victimas. La diócesis de Dallas negoció con las victimas y pago finalmente 30 millones de dólares. En Boston ha ocurrido algo similar y recientemente los obispos de EEUU nombraron a un negociador especial para estos casos quien recientemente ha dimitido de su cargo acusando a la Iglesia de utilizar métodos de ocultación similares a los que utiliza la Mafia en los EEUU. Para muchos, el problema de fondo reside en la represión sexual coactiva a la que está sometido el clero católico.

Igualmente se puede hablar de practicas de proselitismo agresivo por parte de las organizaciones religiosas y particularmente entre los jóvenes. Todo esto son practicas que atentan o discrimina a derechos reconocidos en la legislación y que indudablemente son practicas que atentan a la observación de los derechos fundamentales de las personas. No se pueden violar los derechos fundamentales de la persona parapetándose en que la pertenencia a una organización o a una iglesia es voluntaria.

Particularmente grave es  ese proselitismo que se viene realizando desde diversas organizaciones bien pertenecientes a la Iglesia Católica o bien pertenecientes a otras confesiones religiosas a las llamadas sectas religiosas llaméense Iglesia Cinesiología o cualquiera otra denominación. Existen algunos Estados, como por ejemplo el Estado francés, que no permanece inactivo ante la actuación de este tipo de organizaciones. Se han creado comisiones parlamentarias y organismos ejecutivos del gobierno para perseguir estas practicas autoritarias contra la integridad moral, psíquica o física de las personas. Particularmente se está activo en contra de este proselitismo agresivo entre los jóvenes. Por su puesto que estas organizaciones se  alían entre sí creando grupos de presión en contra de las actuaciones del ejecutivo francés. Por ejemplo la Iglesia Cienciología, el Opus Dei, la Iglesia Moon se conectan entre sí para crear plataformas que mitiguen las políticas gubernamentales que no favorecen su libre actuación. Por supuesto que en España no se hace nada parecido a lo que realiza el gobierno francés u otros gobiernos europeos a pesar que en su momento el Parlamento elaboró una serie de recomendaciones  con bastante sentido común  pero que, de momento, no se han llevado a la practica; en alguna ocasión el Ministerio del Interior ha querido intervenir activamente pero el Ministerio de Justicia ha parado las iniciativas. Es vergonzoso que una gran parte de las televisiones locales estén ocupadas por una especie de ola supersticiosa que va desde el horóscopo hasta todo tipo de curanderismo pasando por espacios de diversas sectas religiosas que bombardean con  un charlatanerismo que atenta contra la dignidad del publico a parte de constituir una publicidad engañosa y lo más vergonzoso de todo esto es que las autoridades audiovisuales no tomen medidas.

Uno de los problemas para el desarrollo del laicismo es que las instituciones publicas en vez de mantener una actitud de neutralidad ante las religiones actúan claramente en su favor y consideran a la religión algo positivo perse. Piénsese  que, en España, en el entramado de la asistencia social no universalizada la Iglesia y sus organizaciones ocupan el primer lugar con diferencia incluso un lugar mas destacado que el propio Estado. Organizaciones eclesiásticas como Caritas diocesana, los asilos de ancianos de las Hermanas de la Caridad y los Hospitales de los Hermanos de Sanjuán de Dios y un sin fin de organizaciones caritativas vinculadas a la Iglesia Católica o a sus congregaciones son sin duda los primeros receptores de fondos públicos y privados, destinados a la asistencia social, de este país, lo mismo ocurre con la ayuda al desarrollo donde las organizaciones religiosas acaparan una gran parte de las subvenciones publicas destinadas a estos fines. Esta idea que la asistencia social de los mas marginados la realiza muy eficazmente la Iglesia católica es una idea clerical además de bastante inexacta. En alguna ocasión el Gobierno quiso recortar subvenciones a estas organizaciones y se tuvo que dar marcha atrás, por las presiones episcopales.

Esta fusión de la institución civil con el hecho religioso es verdaderamente preocupante. La ultima visita del Papa a España fue paradigmática y pudimos ver al gobierno en pleno arrodillado ante el llamado Sumo Pontífice. Es una cortesía que va más allá de la visita de un Jefe de Estado-máxime cuando esta visita no tenía este carácter-, en realidad el Gobierno y el Jefe del Estado no se arrodilla ante le Papa por ser Jefe de Estado sino por ser un Jefe espiritual y es ahí donde claramente se comprueba que el gobierno asimismo se considera un gobierno católico. Pero esto que ocurre con el Gobierno ocurre con los ayuntamientos, con las Comunidades Autónomas, las instituciones militares, donde los presidentes de autonomías, los alcaldes, los concejales  o los jefes de comandancia  tienen un trato especial con tal o cual obispo o participan activamente en multitud de actos religiosos o en las procesiones de semana santa. Todo esto no es algo anecdótico sino que refleja la realidad e un Estado que en verdad no es un Estado laico. Se difunde una idea positiva de la religión, en nuestro caso de la religión católica, y esa difusión se realiza desde las instituciones publicas. De ninguna forma se garantiza la neutralidad confesional del Estado. Recientemente hemos tenido que asistir  a un espectáculo bastante bochornoso. A una niña cuya familia es musulmana le fue negada la escolaridad porque llevaba una pañoleta musulmana. El asunto en sí mismo es discutible, es decir el portar símbolos religiosos en las escuelas es algo que en España no está regulado y en cualquier caso no está prohibido. El asunto tiene tintes cómicos ya que una gran parte de tertulianos de radio y comentaristas que destacan por su catolicismo activo se presentaron como defensores de laicismo en España. Además el asunto todavía es mas cómico aun ya esta niña antes de intentar ingresar en un colegio publico fue rechazada por un colegio de monjas concertado con el argumento de la pañoleta. En realidad todo el asunto tenia un tinte xenófobo. Xenofobia de la que tampoco son  ajenos los colegios católicos concertados que rechazan la admisión de niños extranjeros derivándolos a la escuela publica. Desde nuestra perspectiva creemos que es mucho mejor que los niños extranjeros estudien en los colegios públicos pero no por eso podemos desconocer el hecho de que los colegios católicos están discriminando la admisión de alumnos extranjeros.

Lo que es evidente , al menos para mí, es que las instituciones publicas difunden una especie de confesionalismo católico difuso en vez de mantener una actitud laica y neutral. Incluso las religiones  minoritarias denuncian sistemáticamente  esta situación de trato de favor que recibe la Iglesia Católica por parte de las instituciones. Mientras que a la Iglesia Católica se le reservan y se le ceden terrenos para la construcción de iglesias, vemos como se ponen mil pegas para la cesión de suelo para la construcción de mezquitas como hemos visto recientemente en algún pueblo catalán. La irrupción de la religión musulmana, una religión que llega en patera, está siendo vistos por algunos xenófobos de nuevo ola como una religión que amenaza la identidad española que, por supuesto, se entiende  como una identidad católica. Incluso llegan a achacar a la religión musulmana en ser un problema para la integración de los inmigrantes marroquíes. Estos nuevos xenófobos han teorizado la siguiente idea: ya que España tiene que ser un país de inmigración mejor que sean inmigrantes latinos y católicos. En  España existe como lo ha calificado el presidente de Europa Laica, Gonzalo Puente Ojea, un criptoconfesionalismo católico pero yo añadiría que es un criptoconfesionalismo intolerante  no ya con la libertad de conciencia sino también con religiones como la musulmana o la evangélica.

Desde el movimiento laicista solo queda presionar para que todo esto cambie, para que la libertad de conciencia sea respetada, para que el sistema educativo asuma unas pautas laicas y creo que la sociedad está exigiendo cambios en ese sentido sin embargo soy escéptico en cuanto a  que nuestro sistema político imponga decisiones en la dirección que marca la sociedad. El año pasado asistí a un curso de verano de la UNED, -que por cierto se organizaban en las instalaciones de la denominada Universidad católica de Ávila- en el que se hacía balance de la libertad religiosa tras 20 años de Constitución; con este motivo se invitó al Presidente del Tribunal Constitucional, Jiménez de Parga, a  pronunciar una conferencia. Durante el coloquio alguien le preguntó acerca de la constitucionalidad o no de los Acuerdos con la Santa Sede y Jiménez de Parga, vino a decir que eran constitucionales ya que la Constitución española en cierta manera contempla el hecho que el Estado debe tener en cuenta la sociología religiosa de los españoles y los españoles, dijo, mayoritariamente son católicos. Es decir, el presidente del Tribunal Constitucional, considera que un Estado moderno no tiene porque ser un Estado laico sino que el grado del laicismo dependerá de la importancia sociológica que tenga tal o cual religión en la sociedad.  No me extrañó este tipo de interpretación por parte de Jiménez de Parga ya que es un hombre bastante conservador y, seguramente, bastante católico pero si me extrañaron  unas declaraciones que recientemente realizó Rosa Aguilar, la única alcaldesa  de capital de provincia miembro del Partido Comunista y de Izquierda Unida. Las declaraciones las realizó en el diario EL PAIS unos días antes de las elecciones municipal del 25 de mayo. El periodista le preguntó acerca de las criticas que recibe de algunos sectores  en Córdoba sobre la promoción que hace el Ayuntamiento de la Semana Santa y sus procesiones y de la asistencia de la alcaldesa a estas manifestaciones religiosas. Rosa Aguilar  contestó que eso era normal ya que la semana santa es algo mas que un una manifestación religiosa que era algo, según ella, “cultural” y que, por otro lado, como ella era creyente era normal asistir a los actos litúrgicos. Así pues vemos que el hilo clerical atraviesa todo el sistema político. Aquí, en Castilla y La Mancha, podríamos hablar de Don José Bono y sus relaciones con el purpurado pero mejor es que no hablemos de esto ya  que no quiero que salgamos con una idea pesimista del futuro.

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