Este martes, por pueblos y ciudades de todo el país se desarrollaron concentraciones, convocadas por Europa Laica y Recuperando (Coordinadora Estatal para la Recuperación del Patrimonio Inmatriculado por la Iglesia), para advertir sobre las inmatriculaciones de la Iglesia, es decir, los bienes que la organización eclesial inscribió a su nombre en los registros sin que le pertenecieran originalmente.
Recientemente se conocían en el Congreso de los Diputados el listado de esos bienes, que en Cantabria se extienden más allá de los meramente religiosos, como pisos, huertas, aparcamientos, terrenos…
En Cantabria, la concentración, secundada por Cantabria Laica, se produjo frente a la Catedral de Santander, con la participación de decenas de asistentes.
En el encuentro participaron representantes de Desmemoriados, Izquierda Unida, Podemos, Republicanos de Cantabria y PSOE.
Desde la organización recuerdan que distintos colectivos cristianos han publicado un llamamiento a los creyentes a desmarcarse del saqueo, que conculca el mensaje evangélico.
En el manifiesto, recordaban que la publicación del listado de bienes que la Iglesia ha “privatizado” ha sido posible gracias a la “tenacidad” del movimiento ciudadano patrimonialista.
Y enfatizan que se trata de bienes que forman parte un “incalculable” legado cultural, que serían mayores, hasta triplicarse, si se extendiera la fecha de análisis hasta 1946, cuando la Iglesia tenía mayores privilegios.
No obstante, los organizadores lamentaban que desde el Gobierno central se ha dado “carpetazo” a la situación al hacer que la restitución de la propiedad de esas inmatriculaciones se haya dejado en manos de ayuntamientos y particulares, que deberán acudir a los tribunales para realizar las hipotéticas reclamaciones.
“El Ejecutivo no solo no ha movido un dedo para anular las inmatriculaciones ilegítimas sino que, de forma clandestina y absolutamente opaca, ha acordado con la jerarquía católica amnistiar el inmenso expolio patrimonial”, lamentan.
“Nuestra reivindicación no es un asunto de carácter religioso sino estrictamente patrimonial”, enfatizan, advirtiendo de que no “van a tirar la toala” porque de lo que se trata es de devolver al dominio público “lo que ha sido históricamente de todas y de todos”.