Una investigación de Público ha podido identificar abundantes muestras de que el franquismo pervive en el seno de las Fuerzas Armadas, que todavía luce en sus acuartelamientos lemas destacados de Franco, su escudo de armas y otros emblemas de la dictadura. Muchos de ellos permanecen en el Cuartel del Rey de la Guardia Real. También se nombran salas de reuniones con recuerdos del Alzamiento fascista, incluso en las del Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias.
La versión oficial del Ministerio de Defensa sigue siendo que en el seno del Ejército se han cumplido las instrucciones del Gobierno –Acuerdo del Consejo de Ministros de 31 de octubre de 2008– para la retirada de símbolos franquistas dispuesta por la Ley de Memoria Histórica de 2007. Sin embargo, Público ha podido constatar que las Fuerzas Armadas mantienen numerosos símbolos, placas y escudos franquistas en los cuarteles y en salas del Estado Mayor, tal como se muestra en la selección de imágenes recopiladas por este diario.
Uno de los ejemplos de la postura negacionista de Defensa frente a esta realidad –que demostraremos con pruebas fotográficas y testimonios de fuentes militares– fue la reciente respuesta del Gobierno a la pregunta del diputado Jon Iñarritu, de EH-Bildu, referente al nomenclátor de las calles del Arsenal de la Base de Ferrol, denunciado por la iniciativa «Sacar el franquismo del Ejército» impulsada por diversos integrantes de las Fuerzas Armadas.
Los militares antifranquistas entregaron un dosier a Defensa, mostrando cómo el callejero del Arsenal de Ferrol incluye a «responsables principales y directos de la sublevación» franquista contra la República –como la Calle Almirante Vierna, la Plaza Marqués de Alborán o la Avenida Salvador Moreno–, así como a mandos militares que «se unieron inmediatamente a la rebelión y colaboraron con ella» –como la Avenida del Almirante Fernández Martín y las calles Cándido Pérez y González Llanos–.
Militares sublevados «vinculados con la ciudad de Ferrol»
Los militares denunciantes constataron con documentos gráficos que todavía hay al menos nueve placas del callejero con nombres de militares franquistas (así como del Crucero Baleares, símbolo de la Marina franquista) en el interior del Arsenal de Ferrol, pero la respuesta del Gobierno a la pregunta del parlamentario –emitida el pasado 9 de abril, más de un mes después de la solicitud del diputado– simplemente niega la mayor (como se puede ver en esta reproducción):
«En cumplimiento de esa Ley y de la normativa que la desarrolla, se revisaron los símbolos y los nombres. Algunos de estos, que no vulneran lo establecido en aquellas, se mantuvieron, ya que recuerdan a miembros de la Armada o buques con vinculación con la ciudad de Ferrol«.
Una argumentación que podría esgrimirse también, por ejemplo, alegando que se pueden poner placas en Sevilla en honor del teniente general Gonzalo Queipo de Llano, en recuerdo de «su vinculación con la ciudad».Placas con el yugo y las flechas, y escudos de armas de Franco, en el cuartel de la Guardia Real
Todo esto no es más que un ejemplo de que el franquismo pervive en el seno de las Fuerzas Armadas, que todavía luce en sus acuartelamientos lemas destacados de Franco, su escudo de armas y otros emblemas de la dictadura. Muchos de ellos permanecen en el Cuartel del Rey de la Guardia Real, situado en El Pardo, donde está la placa de cerámica que encabeza este artículo, en la que el águila con el yugo y las flechas, y el lema «Una, Grande, Libre» de la dictadura, ilustra el lema castrense:
Todo servicio en paz o en guerra se hará con igual puntualidad y desvelo que al frente del enemigo. El que tuviere orden absoluta de conservar su puesto a toda costa, lo hará.
En este acuartelamiento de la Guardia Real –que lo comparte como sede con el Cuartel La Reina y La Princesa, en el distrito de Fuencarral-El Pardo junto a Madrid– hay muchos otros recuerdos del franquismo, empezando por el escudo de armas de Franco que adorna los laterales de la gran fuente del centro del patio principal, cuyo detalle mostramos en esta foto de una de las tallas en piedra.
Pero éste no es el único lugar del Cuartel «El Rey» presidido por el escudo de armas de Franco. También figura en una vidriera que está junto a la cantina de oficiales, y en la antigua Sala Mora dentro del Estado Mayor, al que no se puede acceder salvo que se tenga rango de oficial. La zona del Estado Mayor está separada del resto del edifico por medio de accesos con tarjetas magnéticas y sólo pueden entrar los que allí trabajan, así que las vidrieras de esas puertas, que mostramos a continuación, no son visibles para los soldados o visitantes.
Y no son sólo éstas las muestras de simbología franquista que jalonan todo este acuartelamiento de la Guardia Real, ya que en el acceso principal del Estado Mayor del acuartelamiento El Rey, sobre la puerta de entrada que luce el lema «Todo por la patria», en el lado izquierdo de la balconada sigue presidiendo el escudo del águila franquista con el yugo y las flechas, en una placa cerámica colocada allí durante la dictadura, como se puede observar en el recorte fotográfico que mostramos aquí.
Además, la proliferación de simbología franquista en el interior de instalaciones militares no se limita a unos pocos cuarteles y los mandos en esas plazas impiden que su presencia sea fotografiada y denunciada.
Los que revelan símbolos franquistas temen represalias
Algunas de las numerosas fuentes militares consultadas por este diario para elaborar este informe adujeron que no podían aportar fotos de los símbolos franquistas expuestos en sus unidades, como murales de frases de Franco sobre la disciplina militar, porque «van a saber que he sido yo, ya que me he quejado varias veces».
No obstante, Público ha conseguido la imagen de una de esas claras muestras de la pervivencia de la doctrina franquista con la que se sigue aleccionando a los uniformados. Se trata de esta placa, con una lección de Franco sobre el valor de la disciplina incluso ante órdenes arbitrarias o erróneas, situada en el Regimiento de Artillería Antiaérea Nº 73 del Acuartelamiento Tentegorra, en Cartagena:
…¡Disciplina!… Nunca bien definida y comprendida… ¡Disciplina!… Que no encierra mérito cuando la condición del mando nos es grata y llevadera.
…¡Disciplina!… Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda: cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía o cuando la arbitrariedad y el error van unidos a la acción del mando.
Esta es la disciplina que os inculcamos. Esta es la disciplina que practicamos. Este es el ejemplo que os ofrecemos.
Francisco Franco
Semejantes enseñanzas no parecen muy acordes con los que un país democrático y moderno debería esperar de sus Fuerzas Armadas en el siglo XXI.
Continúa leyendo este reportaje en su fuente original, Público.