Ponencia de Anita Werner durante la X Jornada Laicista en Valencia el 1 de marzo 2014
El laicismo, es decir la separación entre el Estado y la Iglesia es uno de los más importantes logros de la Ilustración burguesa, que consiguió con la Revolución Francesa no solo la Declaración de los Derechos Humanos, pero luchaba también por la Constitución burguesa, en la que el Laicismo también forma parte. De esta manera la Burguesía sustituyó el despotismo arbitrario feudal por un conjunto de reglas vinculantes: las leyes y la Constitución superior a esas.
En estos tiempos la libertad de opinión y de religión fueron cimentadas y eso para cualquiera opinión y cualquiera comunidad religiosa, sea grande o pequeña, teniendo una edad de siglos o de un solo día. Nosotros, que confiamos en la razón y la verdad, tenemos que defender siempre este principio Voltairiano, el de la tolerancia. Sólo sistemas irracionales, que solamente confían en la violencia, tienen que temerla. Además, naturalmente la religión (como cada otra concepción del mundo) tiene que ser asunto privado y, como garantizan las Constituciones de los países europeos en la tradición de la Ilustración, nadie debe que ser "perjudicado ni favorecido a causa de sus concepciones religiosas o políticas". La Constitución obliga el Estado a una neutralidad frente a todas las concepciones del mundo, por consecuencia ninguna religión debe ser financiada por él. Esto vale naturalmente también para cualquier otra asociación, es decir también para una asociación atea que debe tampoco recibir privilegios estatales y tampoco debería aspirar dichos privilegios. Esto vale también por un estatuto de "ONG" (Organización no gubernamental) porque non son tan “non-gubernamental” como pretenden, al contrario, y al fin y al cabo significa de hacerse dependiente de fondos del Estado o de la ONU. Pero lo más vergonzoso de todo es cuando el Estado, así como durante el tiempo de la persecución de los Hugonotes y Cuáqueros, en contra de la que destaca en los anales de la humanidad el nombre de VOLTAIRE, presta su “brazo mundial” a su religión preferida para la persecución de la competencia autoorganizada de esa, un día quizás a sus ateos preferidos, es decir, hoy en día para la persecución y el acoso de los Sanniasines, Cienciólogos y Testigos de Jehová. La tolerancia tiene que ser el principio supremo aun cuando por su traición se le espera a mejor tratamiento del grupo propio, incluso fondos estatales o de impuestos.
Pues la tolerancia es la condición practica del ateismo: si hay dioses u espíritus se lo puede averiguar sólo en un debate libre, en todo caso lo mejor en un debate en el que el resultado no es anticipado o influido por amenaza o violencia directa. Es cierto: en efecto, no hay ningún Dios, pero como confesión en lugar de resultado de un análisis y debate libre y racional la frase "No hay ningún Dios" no es mejor que la frase: "Hay sólo un Dios y Mahoma es su profeta". Cuando un papagayo aprende a decir: "Tres y tres son seis", justamente no sabe cuánto razón tiene; la frase tiene por él el mismo significado como la frase: "Tres y tres son siete"; en ambos casos no nos denota cuánto son tres y tres (eso lo puede sólo el repasar de la cuenta sin amenaza y sin sugestión de un resultado determinado), sino sólo que el papayo ha sido dócil.
Todos nosotros sabemos muy bien que las Iglesias disfrutan de privilegios enormes, en Alemania sobre todo a base del Concordato entre Hitler y el Vaticano del año 1933 que aún está en vigor (y eso ¡aunque el Estado que firmó el acuerdo, es decir, el Tercer Reich, ya no existe!). Precisamente la Iglesia Católica, ahora como antes, disfruta de extremos privilegios.
En Alemania, por ejemplo, por la recaudación inconstitucional del impuesto eclesiástico por la Hacienda. Y en España hay el mucho peor "modelo español" del impuesto eclesiástico para todos, sean miembros de la Iglesia o no. Por cierto, el contribuyente puede dedicar el impuesto a fines "sociales o culturales", pero regularmente, ¿quién se extraña de eso?, se revelan como organizaciones camufladas de la Iglesia o del Estado mismo tras este tipo de organizaciones. En efecto, por lo que respecta a concepciones del mundo se debería pagar absolutamente nada, a menos que sea voluntariamente.
Sin embargo, hay muchas fuentes donde se pueden encontrar fácilmente las cifras de la financiación de la Iglesia por parte del Estado, por eso me gustaría concentrarme en un tema más fundamental, es decir, no analizar tanto el “como”, pero más bien el “porqué” la Iglesia está financiada.
La religión y la Iglesia ya fueron declaradas muertas tantas veces, pero es una afirmación de la que se tiene que desconfiar mucho, dado que la religión y la Iglesia siguen atormentando y atontando una parte considerable de la humanidad, recuerdo sólo al Islam y sus guerrilleros de Dios quienes están masacrando en Siria a la vista de todos nosotros y con nuestros fondos recaudados decenas de miles de su competencia cristiana y alauita. La religión y la Iglesia son instrumentos muy eficaces para crear buenos súbditos, súbditos quienes soportan el dominio sin rebelarse y entregan obedientemente una parte considerable de sus ingresos. Pero la cuestión interesante es: ¿como se lo consigue?
El medio de que se sirve la Iglesia y cada organización análoga para crear este estado casi paradisíaco para los dominantes es el de la sugestión. Esto significa de influir alguien por medios en primer lugar no violentos y indirectos que los recipientes de la sugestión no perciben o que perciben solamente de manera difusa. Lo que importa es el carácter indirecto de la sugestión: si el recipiente reconoce la sugestión como tal, no produce ningún efecto. La situación en la que se utilizan estos medios sí puede ser creada por violencia. No hay duda que nunca había un “salvaje” que se hubiera ido a la iglesia voluntariamente, tan poco como antes en su juventud se ha dejado mutilar voluntariamente durante los ritos de iniciación; siempre tenía que ser “convencido” antes con violencia.
De esta manera se constituyó, ya en épocas tempranas, al lado del aparato de violencia (es decir, todo tipo de personas armadas: soldados, policía, verdugos, además jueces y soplones) el primero aparato de sugestión que hizo prevalecer conceptos estandarizados irracionales, cuyo conjunto es llamado "religión". Su tarea fue el apoyo del dominio existente mediante la difusión de opiniones, sentimientos o ideas con métodos sugestivos, secundariamente apoyado y protegido por la violencia sin la cual el hechizo de la sugestión habría sido roto rápidamente.
La Iglesia utiliza para la sugestión sobre todo imágenes y tonos y lo más importante es la puesta en escena (es decir, la celebración de la misa), todo está dirigido perfectamente hasta el más pequeño detalle: atrezzos (pensamos en el cáliz, las hostias, el incienso), disfraces (es decir, los vestidos de las sacerdotes, guión (es decir, el curso estandardizado de la misa).
Tomamos otro ejemplo: seguramente todos nos recordamos al sentimiento cuando entrábamos por primera vez en una Iglesia: se sentía muy pequeño. La altura y las dimensiones de los edificios de la Iglesia nos sugieren que somos pequeños y de ninguna importancia. Pero la Iglesia jamás lo diría de esta manera directa. Nos recordamos: es el carácter indirecto de la sugestión. La Iglesia jamás lo diría porque revelaría su principio que es “Quien tiene la fuerza, o mejor dicho, el poder, tiene razón". Eso es el mensaje.
Ahora entendemos que se trata siempre del mantenimiento de un dominio no justificable por la razón y a este fin la religión se mostró ideal. Aún siendo cara, no obstante fue más barato y más eficaz que exclusivamente actos de violencia reconocibles.
Eso no fue diferente en ningún período de la historia humana: Ningún hombre primitivo habría soportado las crueles y dolorosas mutilaciones de los ritos de iniciación (esas atrocidades como la mutilación genital, que hoy en día son celebradas como "cultura"), si no hubiera sido tratado antes de manera especial por los mayores de la tribu respectivamente simplemente capturado. Es decir, se trató de una clase de edad que demostró su superioridad en hacer estas crueldades a los jóvenes con el fin de mantener o consolidar sus privilegios. Por razones que se pueden explicar con la ayuda del psicoanálisis, esta violencia se dirige contra los descendientes del mismo sexo (es decir, hombres contra muchachos, mujeres contra muchachas; recuérdese las mujeres que ejercen mutilaciones genitales particularmente en el Sudán!)
Cuando los seres humanos adoptaron la vida sedentaria, fue posible por primera vez de producir excedentes. Así los respectivos dominantes pudieron gastar estos recursos para dispensar miembros de la tribu del trabajo que se dedicaron a la tarea de “adiestrar” la gente, o por decirlo así, fueron especialistas de sugestión. Estos especialistas (los futuros sacerdotes)
transformaron los ritos de iniciación respectivamente sus modificaciones (especialmente la sustitución de su ejecución colectiva por un sacrificio humano "representante", como sigue viviendo en los "Dioses murientes y resucitantes") en actuaciones periódicas y estandardizadas (la "misa", es decir, culto y ritual). Estas actuaciones fueron impuestas a la tribu colectivamente, algo que aumentaba considerablemente la eficiencia de la sugestión. El mecanismo psicológico sumamente eficaz que se utiliza aquí es el de la forced compliance. Dice que cuando alguien es forzado a realizar una actuación en realidad desagradable o perjudicial por él, después de hacerlo le parecerá bien en el sentido de la "justificación del esfuerzo" ya hecho, es decir que va a cambiar su valoración propia a favor de la valoración ajena insinuada o impuesta. Lo que refuerza este efecto es la realización de estas actuaciones conjunto con otras personas, porque salir de la fila significa inmediatamente asumir el papel del marginado.
Entonces, lo que hizo la religión tan útil para los dominantes, es su potencia de sugestión para el apoyo del aparato del poder y por eso pagaron y fomentaron su organización, es decir: en la Europa postantigua: la Iglesia. Pero, al principio de la religión hubo la violencia, a sus principios arcaicos hubo la iniciación cuyas justificaciones mitológicas han sido denominadas por Friedrich Engels, un “waldursprünglicher Blödsinn”, se puede traducir como una “tontería muy primitiva”. A propósito del principio violento de toda religión: durante la cristianización de Europa, Carlomagno que masacró a los sajones se sirvió de la fórmula: bautizar forzadamente a un tercio, matar a un tercio, desterrar a un tercio.
A veces es sorprendente cuánto se gastó ya en muy tempranas sociedades humanas por ese fin, siempre era proporcional al grado de la injusticia del respectivo dominio. Así, en la Antigüedad tardía y en la Edad Media la religión devoró un tercio de los ingresos públicos (es decir entonces: del producto excedentario publico) , porque la necesidad por la sugestión para mantener el poder fue muy alta. Pero la Iglesia valió su "dinero", es decir, poseyó en Europa y en Etiopía después de un rato más de la mitad del medio de producción más importante en este período, es decir, de los terrenos.
Pero esto tuvo por consecuencia, que este aparato de sugestión una y otra vez amenazó de volverse autónomo, algo que fue muy bien: cuando se pelean dos (es decir, la feudalidad, es decir el aparato de violencia de la clase dominante, y la Iglesia, precisamente su aparato de sugestión) se alegra, como es sabido, un tercero: en Europa ésta fue la burguesía. Por medio de la Reformación no sólo consiguió controlar el aparato de sugestión, sino incluso lo abarató enormemente. Como el capitalismo ascendente en primer lugar podía utilizar los frutos de la razón mucho mejor que el apático feudalismo poco productivo, en segundo lugar conocía no sólo perdedores sino al inicio también muchos ganadores – los así llamados "mas hábiles", lo que a menudo eran realmente – su demanda de sugestión era menor. (Hoy en día, respectivamente alrededor desde hace el primero tercio del Siglo XX en el que a causa de la concentración del capital ya no hay verdaderas oportunidades de ascender mediante habilidad practica en lugar de insinuación al aparato del poder, entonces la demanda de sugestión de quienes aprovechan las ventajas del poder ha crecido de nuevo, pero es servido sobre todo por la prensa, la universidad y la caja tonta, cuales son similarmente eficientes, pero mas baratos que la religión.)
Pero en el transcurso de la historia, con el ascenso del movimiento obrero, la burguesía excluyó una parte siempre mas grande de la humanidad del bienestar y sobre todo de la autodeterminación política. Entonces, la burguesía se volvió reaccionaria, es decir su dominio ya no fue justificable por la razón. Dado que la burguesía fue orientada tradicionalmente hacia un alto grado de razón, por consecuencia la ideología que apoyó el dominio burgués adoptó el carácter de racionalizaciones que fueron difundidas por las escuelas y universidades. Entonces, utilizó argumentos aparentemente racionales para justificar su dominio. Eso fue la hora del los filósofos: fueron simplemente más baratos que un obispo católico.
Hoy en día podemos observar que la sugestión rige más herméticamente que en muchas partes de la Edad Media, pero sin duda el púlpito ya no es el medio de la sugestión. Evidentemente la religión perdió de eficacia. ¿Pero porqué?
Si consideramos la religión como un tipo de infección mental, como un sistema de pensamientos que perjudican a sus portadores porque les impiden de actividad bien calculada contra sus opresores, entonces bajo condiciones favorables se pueden desarrollar anticuerpos y con esto resistencias contra la religión. Estas condiciones sucedieron con la Ilustración y el surgimiento de la burguesía, o mejor dicho, con la razón que conllevó. Estas resistencias son capaces de reconocer las afirmaciones religiosa malignas, exactamente como un verdadero anticuerpo "reconoce" un agente patógeno.
Entonces, ¿como se manifiestan dichas resistencias contra las afirmaciones de la religión?
Bromas o parodias sobre la religión son ejemplos que demuestran que alguien está capaz de denominar y reconocer precisa- y automáticamente la estructura. Tomamos de nuevo un ejemplo: Los burgueses y los campesinos denominaron las presentaciones de los magos en las ferias medievales "Hokuspokus", palabra que proviene de la fórmula de la cominión: Hoc est corpus [meum]. La estructura es exactamente la misma: algunas palabras, murmuradas misteriosamente sobre una cosa de ninguna importancia deben causar su cambio sustancial, pero la verdad es que estas palabras sólo lo sugieren. En todo caso hasta hoy día una gran parte del pueblo ya reconoce el típico “tono de clerizonte” y se apartan bastante automáticamente. Pero esto significa que la religión ha perdido una parte significante de su eficaz, y además es simplemente molestamente cara y con eso poco económico desde que, gracias al progreso técnico, está a disposición algo similarmente eficaz con el mismo fin.
Por consecuencia la religión ya no es el medio más importante para la sugestión, pero a causa del progreso técnico durante los últimos cien años conocemos mientras tanto un nuevo medio de sugestión que puede medirse en eficaz con la religión, es decir, la puesta en escena teatral, tocar el timbre, chantar, jugar con fuego, pero el nuevo medio es ilimitadamente más barato: la televisión. ¿Pero como lo consigue esto el nuevo medio?
La caja tonta nos sugiere por un tipo de ventana una parte de la realidad que observamos “por casualidad” y sincrónicamente: Observamos tanques que evidentemente se mueven en realidad, destruyen casas en realidad y entonces seguramente será como lo afirma la voz calma y sonora-apodíctica que viene de la nada y que nos asegura de saber quien tiene la culpa de todo esto. Y es muy raro: siempre fueron los Serbios, Iraquíes, Libios, Sirios, Coreanos del Norte, si no es simplemente Ron Hubbard en persona que tiene algo que ver con todo. Además, la caja tonta utiliza un hecho biológico: fijamos nuestra vista automáticamente en cosas que se mueven, así como lo hacen muchos animales que tienen ojos. Del punto de vista de la evolución eso es útil, porque hace más probable que reconocemos carnívoros, pero también presa. Nosotros “tenemos que” mirar hacia algo que se mueve y por eso es tan fácil de llamar nuestra atención con los “imágenes corrientes” de la televisión.
Hay una cosa que tienen los medios de sugestión en común: sirven la creencia respectivamente su producción, es decir, protegen una afirmación no probada o simplemente falsa de la revisión racional. La creencia religiosa así como la secular, transportada por la tele, está protegida por reconocimiento social, es decir, es el resultado de una sugestión organizada a nivel social. Todo tipo de creencia individual, por ejemplo la creencia en pequeños hombres verdes, sería un caso para la psiquiatría y considerada como loco. Pero es menos loco, es decir irracional, de creer en un Dios espiando del cielo con diligencia o en armas de exterminación de masas en el Irak?
Y otra cosa es importante: en tiempos pasados la gente tenía que irse a la Iglesia, hoy en día cada uno tiene su altar electrónico en casa.
Lo Qué es sugerido depende de quienes pueden financiar y controlar la organización, sea la Iglesia o la tele. Lo que decide sobre la eficaz de la sugestión es que no se deja huecos en su organización. Por eso tantos esfuerzos han sido puestos en la cristianización de los pueblos en Europa y más tarde de América Latina, igualmente como la islamisación por ejemplo de India y de Asia Central. Podemos observar un fenómeno análogo en nuestros días: encontramos televisores cada vez más grandes en casi todos los lugares públicos, como por ejemplo en bares, restaurantes, el aeropuerto, aviones, etc.
Siempre se trata de la guerra por las cabezas: Hitler ya había reconocido la importancia que tiene la televisión para ganar la guerra (es decir, claramente quería utilizarla para la propaganda) y si la guerra no hubiera estallado demasiado temprano por él, no serían los imperialistas de los EEUU los primeros que tenían a su disposición la caja tonta para la sugestión de las masas, sino los fascistas alemanes. Sin embargo, los primeros han perfeccionado la fuerza de sugestión de este medio con sus spin doctors (es decir, los psicólogos que manipulan las noticias dándolas una tendencia) y con el cubrimiento casi mundial con ese medio. Como funciona eso está ilustrado en este dibujo. Tómese un momento para contemplarlo.
Publicado en la revista: Ketzerbriefe ("Cartas heréticas") No. 184, p.11
La televisión sobrepasa sin duda el “viejo” aparato de sugestión, sobre todo por su omnipresencia importuna en el público que no puede conseguir ningún otro medio de sugestión con la misma eficaz.
Pero sobre todo, en el pueblo casi ya no se han desarrollado anticuerpos potentes contra los pensamientos transportados por la televisión. Y de allí viene la superioridad de la caja tonta frente al púlpito. Se conocen bien chistes sobre la religión, pero penas sobre la televisión, o mejor dicho, los pensamientos transportadas por la televisión. (Un tal sería por ejemplo en caso de la próxima agravación de cualquier arbitrario estatal, por ejemplo de la movilidad: "¡Seguramente otra vez es para el medio ambiente!" Otro ejemplo sería si el Estado decidiera de fomentar o forzar la mutilación de lactantes masculinos o femeninos: "¡Seguramente otra vez para su seguridad!" Pero algo parecido apenas existe todavía, ni siquiera en forma embrional.)
Entonces, como no hay reparos estandarizados, es decir resistencias, la gente hoy día, en la Nueva Edad Media, crea en las armas de exterminación en masa en el Irak o actualmente en la utilización de gas tóxico por parte del presidente Assad en lugar de sus enemigos infiltrados en su país, así como creía en la Edad Media en el parto de la Virgen. Y aunque la sustancia de todas estas creencias es igualmente irracional, se reconoce más bien la imposición religiosa, mientras tanto la secular, transportada por la caja tonta, no causa escándalo a casi nadie.
No deberíamos olvidar en nuestra lucha contra la religión respectivamente la Iglesia, que entretanto hay otro aparato de sugestión que gana cada vez más potencia. Sin duda, la Iglesia aún es increíblemente rica y aún vale su dinero, dado que el resultado de su trabajo oscuro sigue siendo la disposición de sumisión en masas y la creación de faltas intelectuales en el pueblo (por ejemplo el empirocriticismo, que, como Freud lo califica de manera tan acertada, "quiere forzar la ciencia al suicidio con sus propios medios"). Pero gracias a la televisión como nuevo medio de sugestión se puede limitar a la Iglesia en su demanda de autonomía, sólo se piense en el “escándalo” creado por los medios de masas acerca del banco del Vaticano, es decir de fondos a los que los EEUU no tenían todavía acceso.
El hereje de la Edad Nueva temprana criticó los dogmas de la Iglesia. El hereje de nuestros días se niega a ver la tele – no sólo porque las grandes Iglesias son privilegiadas sin vergüenza en los medios, sino también que la televisión tiene el mismo efecto desastroso a la razón que tiene la sugestión religiosa.
Cualquier libre pensador que toma en serio la razón y la autodeterminación va a valorar este asunto y va a considerarlo en su trabajo público. Si no su razonamiento pronto se volverá tan dependiente como el del fraile más fiel a la Iglesia o del siervo en la Edad Media.
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