Cientos de cristianos han llevado a cabo protestas en la principal iglesia de la Franja de Gaza durante la última semana para pedir el regreso de los miembros de su comunidad que, según denuncian, fueron secuestrados por islamistas y forzados a convertirse al Islam.
Los cristianos acusan directamente a la Asociación de Estudiosos del Islam –vinculada con Hamás, el grupo que gobierna en Gaza– y a su presidente, Salem Salama, un alto cargo de Hamás.
Salama ha rechazado las acusaciones y ha asegurado que dos cristianos, un hombre y una mujer, se han convertido libremente al Islam. Así, afirman que la mujer, que ha dejado a su marido, se llevó con ella a sus tres hijas, de 12, 9 y 6 años a las que ahora se les está enseñando el Corán.
En un vídeo, la mujer, Hiba Daoud, vestida con un vestido musulmán y un pañuelo cubriendo su cabeza, dice a su familia que fue su decisión convertirse al Islam. "Estamos viviendo con una familia musulmana, nos dan todo lo que necesitamos, nos enseñan cómo rezar y todo", afirma. Sin embargo, su tía Fatin Ayyad cree que Hiba está coaccionada.
"Estamos cada vez más preocupados por nuestros hijos e hijas. Si estas personas se han unido al Islam por su propia voluntad no habría ningún problema. Pero lo han hecho bajo presión", ha apuntado la tía de la mujer.
En los últimos seis años se ha conocido la conversión de solo nueve cristianos al Islam en Gaza, pero la Iglesia ve las últimas conversiones como el principio de algo peor y afirma que los cristianos son el objetivo.
Ayyad ha explicado que ahora "hay una gran escisión en las relaciones" y que "algunos grupos quieren aumentar la división entre musulmanes y cristianos".
Pero Salama ha subrayado que no se han producido conversiones forzadas y ha señalado que once cristianos, incluidos algunos no palestinos, han acudido a su oficina en los últimos cinco meses para convertirse al Islam. "Ninguno es forzado a cambiar su religión. Esa es la enseñanza del Corán", ha añadido.
El arzobispo ortodoxo griego Alexios, que sirve a la comunidad católica de Gaza desde hace doce años, ha pedido a Hamás que ayude a Hiba y a sus tres hijas a regresar a su casa para calmar tensiones. "No queremos problemas. Queremos paz y armonía entre nosotros", ha declarado a la agencia Reuters, al tiempo que ha defendido que los cristianos "son parte de Palestina". En la Franja viven aproximadamente unos 2.500 cristianos.