Según demuestra la investigación de la organización, sólo en el 14% de los países se puede decir que se informa con libertad. Dicho de otro modo, si le damos la vuelta, el dato es más alarmente: el 86% por ciento de la población a nivel mundial tiene que seguir pensando en la libertad de información como un valor a alcanzar.
Este derecho ha disminuido en todos los países hasta niveles desconocidos en los últimos doce años.
Los periodistas son la herramienta clave para conseguir que la libertad de información se haga realidad y llegue hasta la sociedad. Como herramientas, se convierten en un obstáculo para algunos intereses. Es en este ambiente en el que 72 periodistas fueron asesinados a lo largo del año pasado.
Segúm revela un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Siria y, sorprendentemente, Francia son los países más peligrosos para ejercer durante 2015 la profesión de periodista.
Aunque sorprende la inclusión de Francia en este informe, se comprende cuando se descubre que la mayoría de las muertes se produjeron a manos de grupos radicales islamistas, un dato que nos hace viajar hasta enero de 2015 con el atentado en el semanario francés ‘Charlie Hebdo’.
Pero hay otras formas de conseguir el silencio. El año pasdo 199 periodistas acabaron en prisión acusados de diferentes delitos mientras ejercían su trabajo.
A la lista de países que más periodistas mandan a las cáeceles sigue China, país donde determinados delitos relacionados con la libertad de expresión, prensa e información están penados con la muerte.
Sabiendo que en muchos casos estos asesinatos y encarcelamientos no se llegan a investigar, el CPJ lleva a cabao una investigación paralela para poder publicar otra lista: la de los países que dejan que los crímenes contra los periodistas queden impunes.
Irak, Somalia y Filipinas se sitúan en los tres primeros puestos de dicho listado.
RSF señala en su último informe que 54 periodistas se encuentran secuestrados en el mundo por organizaciones terroristas o criminales.Es una actividad ya frecuente para organizaciones como Estado Islámico, Al Qaeda, Al Shabab y otras de corte yihadista que han convertido en negocio los secuestros que, a la vez, imposibilitan al periodista hacer una cobertura segura en algunos puntos del mundo.
Los ejemplos más evidentes se dan en Siria o en Libia, donde resulta prácticamente imposible o, al menos muy arriesgado, cubrir estos conflictos con unas mínimas condiciones.
Eritrea, Corea del Norte y Turkmenistán forman un triangulo de censura y violación de derechos en los que la libertad de prensa en la primera víctima.
Europa sigue siendo, comparándolo con años anteriores, la región del mundo en la que más se respeta la libertad de prensa. Lo habitual era que la segunda posición fuera ocupada por América, una realidad que en este año ha cambiado.
Por primera vez desde que RSF hace este informe, África gana en derechos relacionados con la información y se posiciona como el segundo continente más libre «debido a que América Latina se encuentra sumergida una creciente violencia contra los periodistas», han explicado desde la ONG.
En la lista de RSF se estudia la situación de 180 países. Entre ellos, España aparece en el puesto 34, lo que resalta que. con respecto al año anterior, hemos perdido un puesto y, con ello, libertad a la hora de informar.
Según ha explicado la organización, la causa es que la nueva ley «de transparencia» no considera el acceso a la información como «un derecho fundamental y oculta cierta información gubernamental». Además, sostiene que de esa norma nació «un órgano de vigilancia» cuya «independencia no está garantizada».
El contraespionaje, los abusos cometidos amparándose en la lucha contra el terrorismo, la aprobación de leyes que autorizan la vigilancia a gran escala… son algunas de las razones por las que en este 2016 hay que denunciar que Europa ha perdido libertades.
La ONG critica especialmente a países «cuyos dirigentes pueden jactarse de haber amordazado la información» en el último año.
Algunos de ellos ya son reincidentes: Arabia Saudí, Irán, Corea del Norte, Burundi, Eritrea, Azerbaiyán, Cuba, Venezuela, Rusia o China, pero otros han entrado en esta nefasta lista: Egipto, Tailandia o Turquía, donde se han reforzado drásticamente los controles sobre los periodistas.