La asociación aragonesa Movimiento hacia un Estado Laico (MHUEL) ha criticado que el Ayuntamiento de Zaragoza ha gastado 1.262 euros en la toma de posesión del nuevo arzobispo, Vicente Jiménez, el pasado mes de diciembre.
MHUEL ha tenido conocimiento y «absoluta certeza» del expediente que se está tramitando en dependencias municipales referente al pago de horas extras a funcionarios municipales por su participación en actos de marcado signo confesional.
Esta cuantía ascendería a 8.075 euros y de los que 1.640 euros corresponderían a la asistencia de la Corporación a la misa Pontifical y procesión del día de San Valero, el 29 de enero.
La misma cuantía, 1.640 euros, se derivarían del Día del Corpus con la asistencia de la Corporación en la Misa Pontifical y procesión; y otros 3.533 euros serían con motivo de la participación de la Corporación en la Misa Pontifical del día del Pilar, el 12 de octubre. A todos ellos se sumarían los citados 1.262 euros de la toma de posesión del nuevo arzobispo.
Los tres primeros conceptos estarían englobados dentro del punto número 8 del reglamento de protocolo y ceremoniales del Consistorio aún pendiente del necesario impulso político para ser modificado por decisión del propio pleno municipal.
El cuarto concepto –la toma de posesión del nuevo arzobispo– «suponemos que se trata de una decisión discrecional del alcalde o del equipo de gobierno».
«CORRESPONDE AL VATICANO»
Al respecto, MHUEL ha recordado que el Vaticano ha sido el que ha nombrado al nuevo arzobispo y, por lo tanto, «debe ser el Arzobispado quien invite, celebre o promueva los actos que considere oportunos para tal nombramiento», subrayando que es «absurdo» y va en contra del principio de aconfesionalidad del estado y de sus instituciones , la presencia de la Corporación municipal o delegación del equipo de gobierno a actos de esta naturaleza de carácter confesional y con cargo a las arcas del erario público municipal.
En una nota de prensa, MHUEL ha puntualizado que «nada tiene en contra» en que los funcionarios municipales de la llamada ‘Planta noble’ cuando ejercen de maceros o timbaleros para actos ceremoniales, cobren las pertinentes horas extras por su trabajo y dedicación; pero han precisado la «gran diferencia» existente entre los actos protocolarios de carácter civil que representan al total de la ciudadanía y los de carácter confesional que solo atañen a una parte de la misma.
Asimismo, han subrayado que la participación en estos actos «otras confesiones religiosas distintas a la católica reciben un menosprecio por parte del ayuntamiento cuando organizan sus ritos, celebraciones o nombramientos».
Al respecto, han detallado que a esas ceremonias «no acuden concejales con banda, ni caballos, timbaleros, pregones o maceros creando un agravio comparativo sobre la primacía de una sola confesión».
Tras esta exposición, MHUEL ha expuesto que pretende que la ciudadanía de Zaragoza esté informada del dinero público que nos cuestan estos actos confesionales en un Estado que se declara constitucionalmente «aconfesional» y volvemos a repetir que ninguna confesión religiosa, tendrá carácter estatal» en alusión al artículo 16.3 de la Constitución de 1978.