Europa Laicca propuso a los europarlamentarios salirse del hemiciclo en señal de protesta por esta injerencia confesional en el ámbito público.
COMENTARIO: Olvida el socialdemócrata Schulz, como otros muchos, que laicismo es igualdad, no privilegio, no discriminación, no injerencia de la religión en la política, separación de las iglesias del Estado,… Por supuesto que el laicismo es libertad, y nadie pretende quitarla a Bergoglio, o a culaquier otra persona, para manifestar sus opiniones, pero si vulnera la laicidad el trato privilegiado y el uso de la tribuna pública para dar sus sermones particulares, para los que ya cuenta con suficientes medios.
El presidente del Parlamento europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, consideró que la visita del papa Francisco el martes a la sede de la institución en Estrasburgo podrá “despertar a Europa de su sopor” y negó que se trate de un “ataque contra el laicismo”.
En una tribuna publicada el domingo por el diario del Vaticano, el Osservatore Romano, Schulz respondió a las críticas provenientes de la izquierda radical en la Eurocámara sobre la visita de un jefe religioso a la Asamblea de los 28.
El eurodiputado francés y jefe del partido de izquierda Jean-Luc Mélenchon había declarado que Francisco “no tenía nada que hacer allí”.
“La visita del Papa no es un ataque contra la laicismo de las instituciones europeas (..) Laicismo no quiere decir que haya que negar la pluralidad en la que Europa ha sido fundada. Al contrario, el laicismo significa autonomía, imparcialidad, garantía y libertad”, aseguró Schulz.
“En tanto que presidente del Parlamento Europeo, solo puedo reconocer el papel de primer orden que ha tenido la Iglesia para limitar los daños, materiales e inmateriales, de la crisis económica”, añadió.
“¿Queremos una Europa que solo sea un mercado único? ¿O queremos una Europa que haga revivir los valores de la solidaridad, la tolerancia, el respeto de las personas y la igualdad?”, preguntó.
Según el político alemán, “la Iglesia siempre ha apoyado a Europa en su crecimiento” y ha contribuido a su reunificación.
El papa polaco Juan Pablo II, que visitó el Parlamento y el Consejo de Europa en 1988, un año antes de la caída del Muro de Berlín, ayudó, según Schulz, “al proceso que puso fin al yugo soviético, apoyando en su demanda de libertad a millones de ciudadanos de Europa central y oriental”.
Francisco, papa llegado de otro continente, podrá contribuir a “despertar a la vieja Europa de su sopor y acercarla a la gente”, consideró.
Si Juan Pablo II habló a diputados de 12 países, representantes de 330 millones de personas, Francisco lo hará frente responsables de 28 estados, representantes de más de 500 millones de europeos, recordó.
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