Anna Donelli, una religiosa de 57 años, premiada por su labor social en prisiones de Milán y Brescia, arrestada dentro de una macro operación de blanqueo de capitales, tráfico de drogas y extorsión contra la Ndrángheta
“Si necesitas algo dentro, ella es una de los nuestros”. Esta frase, interceptada por la Policía italiana a Stefano Tripodi, uno de los jefes de la Ndrángheta, sirvió para encarcelar a Ana Donelli, una de las voluntarias en prisiones de Milán y Brescia, y que ejercía de enlace entre los presos y los capos de la mafia calabresa. Una detención que tuvo lugar en un convento de Brescia. Porque Donelli, o como se la conoce en ámbitos carcelarios, ‘sor Collina’, porque ejercía de árbitro en las pachangas entre los presos, es una monja católica. Al menos de momento.