Se trata de una “iniciativa sectaria”, subrayaba en su editorial. “Es inaceptable que IU-ICV –proclamaba el periódico al que tanto aprecia la derechona senior– malgaste el tiempo de nuestros parlamentarios y el dinero de todos los españoles en lanzar un mensaje sectario sobre unas palabras del Papa evidentemente manipuladas y sacadas fuera de contexto”.
¿Por qué no demuestra ABC -con la precisión debida tras una acusación tan grave- que esas palabras del Papa fueron palabras “evidentemente manipuladas y sacadas de contexto”? ¿Es que acaso toma por lerdos, o ignorantes, o catetos a cuantos escucharon o leyeron la afirmaciones de Ratzinger, en todo el mundo, y las calificaron de disparate o provocación? ¿Cómo clasifica ABC a la prestigiosa revista médica The Lancet? El editorial de esa revista fue demoledor para Benedicto XVI. Entre otras cosas, decía: “Cuando cualquier persona influyente, ya sea líder religioso o político, realiza una declaración científica falsa que podrá ser perversa para la salud de millones de personas, debería retractarse”. Convendría, por lo demás, que los directivos del rotativo conservador recordaran que el Papa únicamente es infalible cuando habla ex cátedra, según fue aprobado en el Concilio Vaticano primero, celebrado en 1870. ¿Hablaba ex cátedra en el episodio de los condones?
Creencias impuestas por la fuerza
Un columnista del mismo periódico, Martín Ferrand, sostiene que “carece de sentido una agresión al jefe del Estado Vaticano”. ¿También ha de ser considerado infalible el jefe del Estado Vaticano? ¿Estamos aún en el medioevo o en los siglos tenebrosos de las creencias religiosas impuestas por la fuerza y el miedo, y no por la razón? El viernes reiteré en El Plural que el único Estado, en Europa, no democrático es el del Vaticano. ¿Es una manipulación evocar un hecho tan objetivo como el carácter teocrático del Vaticano? ¿Pretende la jerarquía de la Iglesia -en paralelo con la derecha política y mediática- vulnerar la libertad de expresión, en este caso, de IU-ICV?
“Gran malestar”
Narra ABC que existe un “gran malestar” en “la Santa Sede” por la posibilidad de que el Congreso de los Diputados se pronuncie sobre las palabras del Sumo Pontífice y que tal inquietud ha sido trasladada a José Bono, presidente de la Cámara, por el embajador de España ante el Vaticano, Francisco Vázquez. Y apunta que “la iniciativa forma parte de una campaña de la izquierda en toda Europa contra Benedicto XVI”. Silencia ABC, sin embargo, que se trata de un Papa que fustiga cada dos por tres a la izquierda en términos políticos y en términos religiosos. Benedicto XVI, en cambio, ha absuelto a la extrema derecha católica, que llegó a escindirse de la Iglesia, impulsada por el fallecido arzobispo Lefebvre, y que ha vuelto al redil, a pesar de que uno de sus obispos, el británico Richard Williamson, niega el holocausto.
Vázquez, al lado de las sotanas
Vázquez, según la versión de ABC, también ha declarado que las palabras del Papa han sido manipuladas. Vázquez tiende con demasiada frecuencia a ponerse al lado de las sotanas tanto pontificias como cardenalicias o episcopales. Más que el embajador de España parece a veces el jefe de la Guardia Suiza. O el Gran Chambelan de la corte vaticana. Él sabe muy bien que el Parlamento belga ha desaprobado por mayoría las frases de Raztinger. Y el Parlamento belga no está controlado por la izquierda radical. Él sabe que otros Gobiernos europeos, por boca de sus portavoces o de algunos de sus ministros, cargaron contra las palabras del Papa. Lo que nos faltaba es que la cúpula de la Iglesia impidiera que los diputados pudieran expresar su pensamiento. Y lo que faltaría es que los diputados del PSOE se abstuvieran o votaran “no” a la propuesta de IU-ICV.
La teología de la liberación
El Congreso de los Diputados ni puede ni debe plegarse a las exigencias eclesiásticas para salvar la cara al jefe de Estado de la Santa Sede. O al Papa que abrazaba a Bush y que arremete en la actualidad contra Obama. Ratzinger como titular del antiguo Tribunal del Santo Oficio, persiguió durante décadas a los partidarios de la Teología de la Liberación, a su antiguo amigo Hans Küng, al obispo Casaldáliga y a cuantos, desde dentro de la Iglesia católica, intentan ser coherentes con su conciencia y chocan con el integrismo creciente que invade al catolicismo.
Monseñor Romero
ABC defiende a capa y espada al Papa integrista. Otra muestra más de que la cúpula de la Iglesia católica bendice a la derecha y denigra a la izquierda. Al obispo de El Salvador, monseñor Romero, lo asesinaron mientras predicaba en favor de los pobres y en contra de los oligarcas. Al jesuita Ellacuría y a sus compañeros los mataron por la misma causa. Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI han hecho el más mínimo gesto de verdad para beatificar a estos mártires. Y ABC, al respecto, ni sabe ni contesta. ¿Por qué?
Enric Sopena es director de El Plural