El país estrena hoy la ley que prohíbe el uso de esta prenda en los espacios públicos.- Los gendarmes podrán multar a las musulmanas, pero no descubrirlas
Dos mujeres vestidas con velo integral y un puñado de militantes han sido detenidos esta mañana en París por participar en una manifestación ilegal frente a la catedral de Notre Dame. El grupo protestaba en contra de la entrada en vigor hoy de la prohibición del velo integral en todo el espacio público francés, una práctica que puede ser sancionada con 150 euros de multa. Una de las dos mujeres detenidas, Kenza Drider, que hace unos días anunciaba a este periódico su intención de "no cambiar nada de su vida", había tomado anteriormente un tren desde Aviñón hasta París vestida su habitual niqab, sin que ningún agente de seguridad le llamara la atención.
Convocados por la asociación No toques mi Constitución, creada en protesta por la prohibición del velo integral, un pequeño grupo de militantes y dos mujeres con niqab se presentaron esta mañana ante Notre Dame, rodeados por una multitud de periodistas. La policía se los llevó a comisaría, no por llevar la polémica prenda sino por participar en una concentración no autorizada, según un portavoz policial. La asociación ha creado un fondo de un millón de euros para pagar las posibles multas de mujeres que se nieguen a quitarse el velo integral.
A su llegada a París, una nube de periodistas esperaba a Kenza Didier, que viajó por la mañana para participar en un programa de televisión luciendo un niqab beige y marrón. "No se trata para nada de una provocación", aseguró, nada más pisar el suelo parisino. "Estoy aplicando mis derechos como ciudadana francesa", que son la "libertad de ir y venir, la libertad de expresión y la libertad de religión". Esta madre de cuatro hijos amenaza con recurrir ante la justicia europea en caso de ser multada.
La legislación que oficialmente prohíbe "disimular el rostro" en todo el espacio público fue aprobada por el Parlamento el pasado otoño. El Gobierno había previsto un periodo transitorio de seis meses, por lo que oficialmente entra en vigor hoy. La ley prevé una multa de 150 euros y/o un cursillo de ciudadanía para quienes usen la prenda en el ámbito público. Quedan descartados los domicilios privados, las habitaciones de hoteles, así como los locales de las asociaciones y empresas que no estén abiertos al público. Se estima que algo menos de 2.000 mujeres visten en Francia un burka o un niqab.
Para responder a las numerosas dudas prácticas, el Ministerio del Interior ha enviado una circular que sirve de modo de empleo. Pese a todo, los sindicatos de policía advierten de las dificultades de aplicación y consideran "inevitables" los incidentes.
En caso de encontrarse a una infractora, los agentes deberán "invitar a la persona a mostrar su rostro para controlar su identidad (…) y poder establecer un acta de multa". En caso de que esta se niegue a retirar la vestimenta para ser identificada, los agentes tendrán que explicarle con "persuasión" que se expone a ser llevada a comisaría. Esta opción no debe suponer más que un "último recurso". En cualquier caso, los policías o gendarmes carecen de la autoridad para obligar a la persona a retirarse la prenda a la fuerza.
La policía francesa detiene a una mujer con niqab durante una protesta no autorizada por el veto al velo integral en París.– MICHEL EULER (AP)
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