Salah Abdeslam, uno de los cerebros de los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015, volvió a comparecer de manera desafiante ante la corte que le juzga y justificó la matanza de 130 personas por la decisión del entonces presidente francés, François Hollande, de atacar al Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
“Cuando François Hollande (presidente socialista de Francia entre 2012 y 2017) decidió atacar al Estado Islámico, sabía que había riesgos”, dijo Abdeslam, el único de los miembros de los comandos que sigue vivo y el más conocido entre los 20 acusados en el proceso.
El yihadista franco-marroquí, que hoy cumple 32 años y fue criado en Bélgica, aseveró que “tomando esa decisión (la del ataque), franceses iban a morir”. “Lo mínimo que podemos decir es la verdad”, agregó, al tiempo que señaló que no pretende hurgar en la herida de la víctimas.
“Hemos luchado contra Francia, nuestro objetivo era la población, los civiles, no teníamos nada personal contra ellos”, sostuvo, ante las 1.800 acusaciones civiles.
El comando que acató la sala parisina Bataclan, donde murieron bajo el fuego de los kalashnikov 90 espectadores del grupo Eagles of Death Metal, también justificó el ataque por las intervenciones militares de la administración de Hollande.
Abdeslam, quien podría ser sentenciado a cadena perpetua, está encarcelado desde 2016 en la prisión francesa de Fleury-Mérogis. El yihadista, quien estuvo 125 días huido después del atentado, ya fue condenado a 20 años de prisión en Bélgica por un tiroteo contra la policía local.
El macroproceso por terrorismo del 13-N, sin parangón en la historia contemporánea francesa, se prolongará hasta mayo del 2022 y contará con varios mediáticos testimonios, entre ellos el del propio Hollande en noviembre.