Desde la iglesia de Santa Catalina hasta la Giralda ha discurrido la Primera Ruta del Patrimonio Inmatriculado de Sevilla.
Convocada por la ‘Plataforma en defensa del patrimonio de Sevilla’, la comitiva encabezada por una performance entre un obispo y el mismísimo José María Aznar ha recorrido las calles del centro de la capital hispalense denunciando el privilegio de inmatricular bienes públicos que ha tenido la jerarquía de la Iglesia Católica “para apropiarse del patrimonio que es de todos”.
Hay que recordar que estas inscripciones por parte de la jerarquía de la Iglesia se realizaron al amparo de dos normas franquistas que, a juicio de la Plataforma, “son preconstitucionales y entran en colisión con los principios de igualdad ante la Ley y aconfesionalidad que reconoce la Constitución de 1978”.
El primer espacio señalado por la Plataforma ha sido la iglesia de Santa Catalina, inmatriculada en 2008 por la jerarquía católica. La performance ha recordado que en 2015, a pocos días de las elecciones, el gobierno municipal anunció el abono de 423.500 euros por parte de la empresa municipal de aguas (EMASESA) y que un día antes de dicho anuncio, “la Archidiócesis tuvo que rectificar la inscripción en el Registro de la Propiedad cediendo a la Hermandad de la Exaltación lo que era legalmente suyo”.
Otra parada ha estado en la Iglesia del Salvador, un templo que durante muchos siglos ha estado sin registrar -perteneciendo al dominio público- hasta su restauración millonaria gracias a distintas administraciones y entidades. Una vez restaurada, según la Plataforma, “a la Archidiócesis le entró prisa para inmatricularla y lo hizo a pocos meses de que se modificara la Ley Hipotecaria y se le quitara el privilegio de equiparar a sus obispos con funcionarios públicos”.
Por último, la performace se ha detenido a los pies de la Giralda. Allí se ha recordado que en el año 2010 se inmatriculó “sin ningún tipo de acreditación y sólo abonando los 30 euros de las tasas toda la Catedral de Sevilla; incluyendo lo que la Archidiócesis llamó como ‘dependencias anexas’, que eran la Giralda y el Patio de los Naranjos”. En este sentido, la Plataforma ha cuestionado que “un Patrimonio de la Humanidad esté en manos de una jerarquía y con una gestión muy opaca” y que “el principal símbolo de nuestra ciudad fuera tildado de ‘dependencia anexa’ para ver si nadie se daba cuenta”.
Desde su constitución hace ahora más de un año, la Plataforma ha reclamado tanto a la Junta de Andalucía como al Ayuntamiento que hagan público el listado de bienes inmatriculados por la jerarquía católica, recordando también a estas administraciones su deber de conservar y proteger el patrimonio de todos.