Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Una religión de paz

Por supuesto, ahora vendrá la versión oficial a decir que ésta no es la verdadera faz del islam. Lo cual es una aseveración políticamente correcta e intelectualmente muy cómoda; pero tiene un defecto: es falsa.

Como siempre, en este blog rechazamos la dictadura de lo políticamente correcto y acudimos a las fuentes que nos puedan explicar el móvil del atentado de ayer. Y en este caso, qué mejor fuente que el Noble Corán:

No erais vosotros quienes les mataban, era Alah Quien les mataba. Cuando disparabas, no eras tú quien disparaba; era Alah el que disparaba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Alah todo lo oye, todo lo sabe.
Sura del Botín, aleya 17

Que no crean los infieles que van a escapar. No podrán.
La misma sura, versículo 59

¡Profeta, anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros veinte hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles, pues éstos son gente que no comprende.
La misma sura, aleya 65

Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. La sedición es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles.
Sura de La Vaca, aleya 191.

Un poco más abajo (216) de esta infumable sura:

Se os ha prescrito que combatáis, aunque os disguste. Puede que os disguste algo que os conviene y améis algo que no os conviene. Alah sabe, mientras que vosotros no sabéis.

E insiste e insiste en patrocinar la guerra:

Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil. Luchad por Alah con vuestra hacienda y vuestras personas. Es mejor para vosotros. Si supierais…
9:41

A lo cual podemos oponer otra cita del Califa: “Malditas sean las guerras, y malditos aquellos que las promueven”

Seguimos con las arengas militares…

Verdaderamente Alah ama a aquellos que luchan por Su Causa en formación de batalla, como si ellos fueran una estructura sólida.
Sura de Las Filas, aleya 4.

La religión del exterminio:

Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los infieles doquiera los encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá (oración) y dan el azaque (limosna), entonces ¡dejadles en paz! Alah es indulgente, misericordioso.
Sura del Arrepentimiento, aleya 5.

Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Alah. Si cesan, Alah ve bien lo que hacen.
Sura del Botín, aleya 39.

Por cierto, si os preguntáis por qué esta sura lleva tal título, el título de las suras lo toman de la primera aleya (versículo), que en este caso es…

Si te preguntan por el botín, di: «El botín pertenece a Alah y su Profeta». ¡Temed, pues, a Alah! ¡No disputéis por él! ¡Obedeced a Alah y a su Profeta si sois creyentes!

Muy esclarecedora del carácter del movimiento religioso instaurado por este caravanero analfabeto resentido.

Ésta otra aleya es de gran relevancia sociológica, para explicar el sectarismo integrista, un verdadero escollo para la integración:

Creyentes, no intiméis con nadie ajeno a vuestra comunidad. Si no, no dejarán de dañaros. Desearían vuestra ruina. El odio asomó a sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es peor. Os hemos explicado las aleyas. Si razonarais…
3:118

Creyentes, no toméis como amigos a los judíos y a los cristianos. Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alah no guía al pueblo impío.
5:51

Creyentes, no toméis a los infieles como amigos, en lugar de tomar a los creyentes. ¿Queréis dar a Alah un argumento manifiesto en contra vuestra?
4:144

Incluso hasta el punto de renegar de la propia familia:
Creyentes, no toméis como amigos a vuestros padres y a vuestros hermanos si prefieren la incredulidad a la fe. Quienes de vosotros les consideran amigos, ésos son los impíos.
9:23

¿Alguien dijo secta? Parece que sigue al pie de la letra su definición, grupo del que es fácil entrar pero muy difícil salir (la apostasía es el mayor de los crímenes, en el Islam), que procura aislar al individuo para que no reciba más que información de un sólo signo, y que le exige una sumisión absoluta (tal es la traducción del término Islam).

Los infieles son para vosotros un enemigo declarado.
4:101

La dialéctica de todo el Corán es la oposición entre el “nosotros”, los que se someten a lo que les cuenta el caravanero, y el “ellos”, los kuffar o infieles, malvados por antonomasia:

A quienes desmientan Nuestros signos les alcanzará el castigo por haber sido perversos.
6:49

Los kuffar, los idólatras, somos los payos, el resto de la Humanidad que no creemos en el Piojoso debido a nuestra inferioridad intelectual…

Los incrédulos son como cuando uno grita al ganado, que no percibe más que una llamada, un grito: son sordos, mudos, ciegos, no razonan.
2:171

… nos están reservados una pléyade de castigos, a cual más estrambótico:

A quienes no crean en Nuestros signos les arrojaremos al fuego del infierno. Siempre que se les consuma la piel, se la repondremos, para que gusten el castigo. Alah es poderoso, sabio.
4:56

Le espera el Infierno donde se le dará a beber una mezcla de pus y sangre, a grandes sorbos, que apenas podrá tragar. La muerte vendrá a él por todas partes, sin que llegue a morir. Le espera un duro castigo.
14:16-17

Una buena muestra de lo que habitaba en el cerebro degenerado de este huérfano harapiento convertido en señor de la guerra, que usaba sus capacidades de ventrílocuo para granjearse la cohesión de su banda.

Es curioso, porque en su fuero interno los musulmanes saben que el Corán les miente. Porque si los kuffar fuéramos abominables y obtusos criminales como repetidamente nos retrata, no saldrían de su paraíso musulmán donde la palabra de Allah es respetada y reina la concordia, para arribar a nuestras tierras, plagadas de degenerados e idólatras.

Es la religión del miedo y la amenaza. Ni una sola vez, que yo recuerde, se menciona en el Corán la palabra amor, ni para los hombres ni a la divinidad. A Allah no se le ama, se le teme y obedece (es la proyección divina de un señor feudal, modelo de majestad en la Arabia del s.VI). No hay resquicio para el amor en todo el texto, pero el miedo y el castigo, con sus sinónimos y derivados aparece, sin embargo, continuamente. Es un texto binario, similar a la educación que recibe un perro: si levantas la patita, galletita. Si meas en la pata de la mesa: zurra. Condicionamiento de Pávlov.

La galletita:

Que quienes cambian la vida de acá por la otra combatan por Alah. A quien, combatiendo por Alah, sea muerto o salga victorioso, le daremos una magnífica recompensa.
4:74

Ríos de vino, muchachas siempre vírgenes…promete lo que sus soldados quieren escuchar: un burdel para borrachos.

Es muy importante leer el Corán, para poder comprender el comportamiento de aquellos que aprenden a leer de niños con la primera sura, hasta tatuárselo en su memoria. Por ejemplo, ésta aleya sirve para explicar la generosidad de los millonarios saudíes en financiar al Estado Islámico:

A quienes atesoran oro y plata y no lo gastan por la causa de Alah, anúnciales un castigo doloroso. El día que esos metales se pongan candentes en el fuego de la Gehenna (infierno) y sus frentes, costados y espaldas sean marcados con ellos: «Esto es lo que atesorabais para vosotros. ¡Gustad, pues, lo que atesorabais!»
9:34-35

Podemos seguir ad nauseam (que es lo que este texto infame causa):

Querrían que, como ellos, no creyerais, para ser iguales que ellos. No hagáis, pues, amigos entre ellos hasta que hayan emigrado por Alah. Si cambian de propósito, apoderaos de ellos y matadles donde les encontréis. No aceptéis su amistad ni auxilio.
4:89

Hallaréis a otros que desean vivir en paz con vosotros y con su propia gente. Siempre que se les invita a la apostasía, caen en ella. Si no se mantienen aparte, si no os ofrecen someterse, si no deponen las armas, apoderaos de ellos y matadles donde deis con ellos. Os hemos dado pleno poder sobre ellos.
4:91

No dejéis de perseguir a esa gente. Si os cuesta, también a ellos, como a vosotros, les cuesta, pero vosotros esperáis de Alah lo que ellos no esperan. Alah es omnisciente, sabio.
4:104

Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Alah y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alah conoce. Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alah os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente.
8:60

Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alah ni en el último Día, ni prohíben lo que Alah y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente.
9:29

Es inútil seguir, todo el carácter del texto es del mismo tenor: sométete a mi voluntad o las vas a pasar putas. Es un libro despreciable, liberticida, además de continuamente ofensivo para los que estamos fuera de su comunidad. Recomiendo fervorosamente, una vez más, su lectura. No propongo ninguna traducción en concreto, pero si sugiero que os hagáis con una (o varias) ediciones comentadas, pues hay múltiples referencias culturales que nos son desconocidas.

Su lectura me recuerda poderosamente al Mein Kampf, cuyos autores tienen un poderoso parecido: hombres menudos y miserables en su mediocridad, pequeños odres de resentimiento y odio que exigen postración y obediencia ciega, anhelan el poder omnímodo sobre sus vasallos para superar su complejo de inferioridad.

¿Y entonces? ¿Qué concluimos? ¿Que los musulmanes son malos malísimos que hay que expulsar en otra cruzada? No, por supuesto que no. Los musulmanes son, en su inmensa mayoría, personas honradas que, como el resto de los seres humanos, aspiran a ganarse la vida como puedan sin molestar a los demás. La cuestión es que son pacíficos, a pesar de su religión, porque pesa en ellos más el poso de civilización que la doctrina de barbarie que les inculcaron de niños. Durante siglos las sociedades musulmanas han ido progresando, de forma paralela a las cristianas, desactivando o relegando al olvido aquellas partes de su doctrina que incitan a la violencia y la intolerancia. Probablemente engañándose y tergiversando sus textos sagrados; en todo caso es saludable que, poco a poco, la civilización y la razón le haya ido ganando espacio a la bestialidad de la revelación divina. El problema surge cuando ciertas escuelas rigoristas (wahabismo) dentro del islam han logrado la preeminencia dentro del mundo suní gracias al soporte político y financiero que les ofrecen las petromonarquías (los Saud no admiten ningún refugiado sirio, pero ofrecen dinero para levantar 600 mezquitas más en Alemania…administradas, como todas las demás que financian, por su gente). Y la lectura textual de este compendio de malos humores conduce a barbaridades como la de ayer, o las que cotidianamente cometen en las partes de Siria o Iraq bajo control de las milicias islamistas.

La forma de rechazar el frentismo que emana del Islam no es reproducirlo y seguirle el juego, alimentando la dialéctica nosotros-ellos, ocultando bajo el saludable rechazo al patriarcado y el fanatismo un mal disimulado racismo (porque ciertamente hay raza humana inferior: los racistas).

Respeto máximo a las personas, crítica despiadada a toda ideología sexista, sectaria, liberticida y totalitaria. Combativos frente a la intolerancia y el afán de dominación por la violencia, venga del fascismo o del islamismo; contra todas las violencias y coerciones a la libertad, vengan de donde vengan. Y en el terreno social, acogida fraternal e integración, evitando la formación de guettos en los que se pueda reproducir esa dialéctica dual, nosotros contra ellos. Y eso exige dedicar presupuesto, a escala interna, y promover el desarrollo y la democracia, y no a sátrapas y señores de la guerra, en el mundo musulmán.

Pues buena parte del auge del islamismo se debe a que han sido utilizados por las potencias occidentales para combatir la emergencia de un movimiento socialista laico que, entre otras atrocidades, sugería la nacionalización de la producción petrolera, además de la escolarización de las niñas y la sustitución de la tradición (sharia) como fuente de derecho. Desde Marruecos y Argelia, a Afganistán e Irán, pasando por el Kurdistán, esos procesos modernizadores locales fueron aniquilados por Occidente para mantener sometidos esos pueblos con el opio coránico. Pero en ocasiones, el tiro sale por la culata y el perro muerde la mano que lo adiestró y alimentó.

En contraposición a la ideología del odio y la xenofobia, Nur Muhammad Taraki, Mehdi Ben Barka, Abdullah Öcalan, Ali Ferzat o Raif Badawi , todo luchador por la libertad, el progreso, la razón es mi hermano, independientemente de su lengua, sus rasgos faciales o la pigmentación de su piel.

En el ataque al Charlie Hebdo, además de Wolinski, Charb y otros dibujantes, los islamistas asesinaron a Mustapha Ourrad, que trabajaba de corrector para la revista (es decir, un argelino corrigiendo a los franceses el uso de su propio idioma). Nacido en Beni Yenni (la cabila argelina), huérfano como el profeta, aquí se acaba cualquier similitud: persona elegante y erudita que gustaba de leer a Nietzche.

En la izquierda somos tan miopes y acomplejados que nos cuesta identificar quiénes son de los nuestros. En vez de apoyar a aquellos que luchan por la emancipación de sus pueblos, demostramos nuestra tolerancia y comprensión para con sus verdugos (algún cretino incluso justificándolos). ¿Por? ¿Por exotismo progre, por el miedo a que nos llamen racistas? ¡No todos los norteafricanos ni árabes son islamistas, maldita sea! ¡Ya está bien de identificar etnia, nacionalidad y religión, siguiendo precisamente el programa islamista! ¿Acaso toleramos aquí que se identifique, como hace muy pocos años era oficial, españolidad y catolicismo? En la izquierda, en vez de proteger al verdugo islamista, por muy exótico que resulte, deberíamos apoyar a los que luchan por que sus pueblos se libren de su yugo…como nosotros de la tutela de nuestra Santa Madre Iglesia en un proceso que aún no podemos dar por concluido.

Con motivo del ataque al Charlie Hebdo colgué un artículo de Zineb el Rhazoui, periodista que trabajaba allí, demoledor contra esta clase de progresía: Filántropos y fascistas.
¿Acaso es menos marroquí por no llevar velo? ¿Acaso esta profesional no responde a nuestros prejuicios de cómo debe ser una mujer magrebí? Porque a esta gente, que está procurando que sus sociedades avancen, les estamos dejando una y otra vez con el culo al aire cuando corremos a justificar una y otra vez el islamismo, considerando a los islamistas como únicos interlocutores y genuinos representantes del mundo árabe y magrebí y disculpan al islam cada vez que se comete una atrocidad inspirada en las aleyas del Corán.

Y es que al final, la gran razón que impide aplicar al Artículo 510 del Código Penal (delitos de odio) al Corán, es que es un refrito de otro libro, tanto o más violento e inmoral, llamado Tanaj o, en estos lares: la Biblia. Otro desagradable texto que nos resulta tan difícil de superar a nuestras sociedades como el Corán a las del otro lado del Mediterráneo.

Y es que vemos la paja en ojo ajeno…

Para ulteriores explicaciones: Dios es amor.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share