Es la séptima que, solo en EEUU, adopta una decisión de este tipo por las mismas causas.
La diócesis católica de Wilmington (Delaware) se ha declarado en bancarrota acosada por las 142 demandas interpuestas por presuntos abusos sexuales por parte de sacerdotes de la sede. Con 140 años de antigüedad, sirve a 233.000 católicos y cubre 58 parroquias y 27 escuelas.
Con esta ya son siete -tras Portland, San Diego, Tucson, Spokane, Davenport y Fairbanks- las diócesis sen Estados Unidos que se acogen a la protección de bancarrota por circunstancias similares. La decisión de de Wilmington se adoptó un día antes del comienzo de un juicio civil contra un cura apartado del sacerdocio.
"Esta es una decisión dolorosa, una que esperaba y rezaba para no tener que tomar nunca", se lamentó el obispo de Wilmington, Francis Malooly, en un comunicado. "Sin embargo (…) creo que no tengo otra opción, y que solicitar la protección por bancarrota ofrece la mejor oportunidad, dados los recursos limitados, para proveer el tratamiento más justo posible a todas las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes en nuestra diócesis", agrega.
En su presentación ante el Tribunal de Bancarrota del Distrito de Delaware el domingo, la diócesis estimó sus activos entre 50 y 100 millones de dólares y calculó pasivos que irían de 100 a 500 millones de dólares.
Malooly asegura que, hace tres años, su predecesor, el fallecido obispo Michael Saltarelli, reveló los nombres de 18 sacerdotes diocesanos que admitieron, corroboraron o confirmaron de alguna manera las acusaciones de abusos a menores. "Toda esa información está en los registros judiciales de los casos que irán a juicio el 19 de octubre, y creemos que no surgirá ningún hecho significativo en los procedimientos", declaró Malooly.
