El encargo de la investigación de la pederastia a Cremades & Calvo-Sotelo significa que la Conferencia Episcopal estrecha lazos eclesiásticos y políticos con el Opus Dei.
Meses ha que organizaciones de víctimas, colectivos laicos, grupos católicos de teólogas, teólogos y cristianos de base e incluso algunos obispos vienen reclamando a la Conferencia Episcopal Española (CEE) la creación de una comisión independiente para investigar las agresiones sexuales de personas vinculadas a la Iglesia católica (profesores de colegios católicos, párrocos, confesores, padres espirituales, capellanes de congregaciones religiosas femeninas, formadores de seminarios y de noviciados, escuelas parroquiales, responsables de campamentos) contra niñas, niños, adolescentes y jóvenes indefensos, a quienes han robado su infancia, destruido su adolescencia, frustrado su juventud y arruinado su vida.
La reacción de la cúpula episcopal española ante tamaños crímenes y las demandas de investigarlos ha sido una resistencia numantina, liderada por el secretario general y portavoz de la CEE, Luis Argüello, que ha negado sistemáticamente toda posibilidad de investigación alegando, entre otras razones, la irrelevancia del número de casos en la Iglesia católica, la ejemplaridad de la mayoría de los clérigos, el intento de desacreditar a la institución, su creencia de que el mayor número de agresiones sexuales se producen en el seno de las familias y, en general, en la sociedad. Además, ha dejado en suspenso también el apoyo y la participación en una comisión parlamentaria por considerarla una “trampa saducea”.
La resistencia episcopal numantina contrasta con la iniciativa de otras conferencias episcopales y diócesis que han puesto el caso de la pederastia clerical en manos de organizaciones independientes para esclarecer la verdad. Es la actuación de la archidiócesis alemana de Múnich, que ha encargado a un despacho de abogados la investigación y ha responsabilizado al papa emérito Benedicto XVI de encubrimiento de varios casos de pederastia clerical y de complicidad con al menos cuatro sacerdotes agresores sexuales de menores cuando fue arzobispo de la diócesis de 1977 a 1982. En un principio el acusado negó su responsabilidad, pero luego la reconoció y se vio obligado a pedir perdón.
Ante la inacción investigadora de la CEE, varios grupos políticos han apoyado la creación de una comisión parlamentaria invitando a la jerarquía eclesiástica a participar en ella y defienden el encargo de la investigación al Defensor del Pueblo. Por el momento, la CEE no ha respondido a dicha invitación, sino que, cuando estaba acorralada por los cuatro puntos cardinales desde dentro y desde fuera, ha tomado la decisión de encargar una investigación al despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y la ha visibilizado con la presencia del presidente de la CEE, Juan José Omella, junto a Javier Cremades en la firma. Amén de ser el responsable del despacho de abogados que lleva su nombre, Cremades es presidente de la Fundación Madrid Vivo, creada por el cardenal Rouco Varela con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en 2011, miembro del Opus Dei y del Patronato de la Fundación Tajamar.
Esta carta de presentación no avala precisamente la independencia, autonomía y objetividad investigadora de la comisión recién creada. Estamos ante una comisión que nace con las cartas marcadas por la confesionalidad católica y la dependencia de la jerarquía, que es quien ha encargado el trabajo; una comisión tutelada y, como se dice de determinadas biografías, “autorizada”. A esto cabe añadir la pertenencia de Cremades al Opus Dei, una organización católica que tiene a sus espaldas varios casos de pederastia no investigados desde dentro y personas condenadas por agresiones sexuales a menores en sus colegios. Uno de los casos más conocidos es el del profesor y miembro numerario del Opus Dei José María Martínez, condenado por el Tribunal Superior a dos años de prisión por las agresiones sexuales a un estudiante de 12 años entre 2008 y 2010 en el colegio Gaztelueta de la localidad vizcaína de Leioa. El colegio siempre defendió la inocencia del pederasta y desoyó las denuncias de la víctima, lo que supuso una revictimización de la misma.
El encargo de la investigación de los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica a Cremades & Calvo-Sotelo con la firma de la máxima autoridad eclesiástica, el cardenal Omella, significa que la CEE estrecha los lazos eclesiásticos y políticos con el Opus Dei y se distancia de la tolerancia cero del papa Francisco. ¿Con la creación de esta comisión se produce un cambio de actitud en la CEE? Yo creo que no. Con ella queda todo atado y bien atado. Se trata, más bien, de un cambio de estrategia o, mejor, de táctica. ¿Hay, entones, alguna esperanza de que se descubra la verdad, solo la verdad y toda la verdad? Yo creo que sí, y es a través de una comisión investigadora parlamentaria como la propuesta y la intervención del Defensor del Pueblo.