Iman al Khatib, de 55 años, ha obtenido un escaño en la Kneset con la Lista Árabe Unida que pronto la convertirá en la primera parlamentaria de la Kneset que se cubre el pelo con yihab.
Es un acontecimiento histórico, máxime si se tiene en cuenta que de los 15 escaños que ha obtenido la Lista Árabe Unida, cuatro irán a parar a mujeres.
Por supuesto, todavía no hay paridad, pero se trata de un hecho significativo, máxime si se tiene en cuenta que en los dos partidos religiosos judíos, Shas y Judaísmo del Pentateuco, que han obtenido conjuntamente unos resultados similares, todos son hombres y no hay ninguna mujer.
Cuando Al Khatib suba al estrado de la Kneset con su hiyab es posible que a más de un diputado judío le dé un amago de síncope, pero deberán acostumbrar por más que les duela.
La elección de Al Khatib recuerda a la de la congresista estadounidense del partido demócrata Ilhan Omar, que también se cubre la cabeza con hiyab. El presidente Donald Trump pidió a Omar que regrese a su país de origen, Somalia, asegurando que allí estará mejor. Los sionistas americanos han acusado a Omar de “antisemita”, un calificativo del que se hace merecedor cualquiera que critique la política sectaria y racista de Israel.
Al Khatib, que tiene un máster en Ciencias Sociales y es madre de cuatro hijos, es oriunda de un pueblo árabe de Israel, así que, a diferencia de Trump, los diputados sionistas no podrán decirle que se vaya a su país, aunque ciertamente les gustaría que se fuera a cualquier otro país.
La Lista Árabe Unida podría jugar un papel central a la hora de apartar a Benjamín Netanyahu del poder. Es una iniciativa que acaba de poner en marcha el líder de la oposición, Benny Gantz, pero que todavía no se sabe si llegará a buen puerto. Para que prospere será necesaria la ayuda de los diputados árabes.