La opinión del Observatorio
· Nos parece interesante el uso del término «tibieza» de los religiosos más tradicionalistas como término en oposición a la adhesión completa al dogma, es decir, al fundamentalismo.
Sebastián Piñera, presidente de Chile, anunció ayer, en su última rendición de cuentas ante el parlamento chileno, que impulsará, antes de marcharse a finales de año, la ley del ‘matrimonio’ homosexual. El anuncio sorprendió a propios y extraños, ya que el tema no estaba encima de la mesa, y era un proyecto de el anterior gobierno de Michelle Bachelet. Joaquín Lavín, miembro del Opus Dei, y candidato a suceder a Piñera en 2022 como presidente de Chile, se posiciona a favor de la igualdad civil entre parejas homosexuales y parejas heterosexuales.
Les contábamos esta mañana, como la agenda globalista sigue avanzando en casi todos los países, esté quien esté en el poder, salvo honrosas excepciones; da igual si son de derechas o izquierdas ―ya sé que estas etiquetas están obsoletas, pero para que se entienda.
Ahora, en Chile, se quiere aprobar el mal llamado matrimonio homosexual, con el objetivo de convertirse en el octavo país de Sudamérica en aprobarlo. Y esto, impulsado por un presidente supuestamente conservador cuando ya ni siquiera tiene que buscar rédito electoral.
Pero más sorprendente es la reacción de uno de los candidatos a presidir el país andino a partir de 2022 ―ya está confirmada su participación en las primarias―, Joaquín Lavín, alcalde de Las Condes, una comuna del noroeste de la ciudad de Santiago de Chile, la capital del país.
Miembro supernumerario del Opus Dei, Lavín es padre de siete hijos. La reacción del candidato al anuncio de Piñera es, viniendo de alguien católico, cuanto menos desconcertante. “Según mi concepción personal el matrimonio es entre un hombre y mujer, pero sí creo que las leyes civiles y el Estado deben dar el mismo nivel de protección a todos los tipos de familia, igualdad para las uniones heterosexuales y las uniones homosexuales”, dijo, según recoge Emol.
No es la primera vez que Lavín protagoniza episodios que provocan polémica por su condición de católico. En mayo de 2017, siendo ya alcalde de Las Condes con motivo del día de la “diversidad sexual”, Lavín tomó una decisión que supone un duro golpe para los defensores de la libertad en el país. La iniciativa —impulsada por el Movilh— buscaba “celebrar el día internacional contra la homofobia y la transfobia”.
Ese mismo año, en el programa de Chilevisión ‘Última Mirada’, valoró el asunto de la adopción de niños por parejas homosexuales: “Yo creo que esas cosas se deben conversar”, dijo abriendo la puerta a esta medida.
En otra ocasión, impulsó la colocación de un semáforo LGTB en su comuna: “Quisimos hacer algo bien especial en este día, como una señal de respeto y de integración”, explicó Lavín.