El arreglo de la trasera se pretendía acometer con fondos del Bicentenario, pero la Junta alega que se trata de un edificio que pertenece a la Iglesia
COMENTARIO: Algo raro que no se hayan dado fondos para el arreglo, pero si leemos la noticia observaremos que se le niegan de Turismo y que anteriormente se habían realizado otras restauraciones por importe superior a los 370.000 euros. Suele ser Cultura la que concede estas ayudas y seguro que las recibirá. Y lo que es peor, la Junta no reclamará ninguna compensación por las mismas, para que estos edificios propiedad de una organización, que ni siquiera paga impuestos, puedan ser utilizadas para algún uso público o puedan ser visitadas como monumentos.
No se trataba de una cuantía elevada o inasumible. Lo que se pedían eran unos 90.000 euros para apuntalar las zonas que mayor deterioro presentan en la Iglesia Mayor, aquellas de las que no se preocuparon en su puesta a punto para el Bicentenario de 1810. Pero, la trasera y la parte lateral de la calle Soledad, tendrán que esperar para mejorar su aspecto. El Ayuntamiento solicitó la subvención a Turismo a cargo de los fondos del Bicentenario alegando la importancia constitucional del inmueble, al acoger el juramento de los diputados llamados a Cortes. Sin embargo, la Junta no dudó en denegar la subvención asegurando que se trata de un bien patrimonial de la Iglesia que es la que se tiene que hacer cargo de su mantenimiento.
Una decisión que no ha sentado nada bien al Ayuntamiento y así reflejó el malestar existente el alcalde, José Loaiza, en el último pleno municipal en un enfrentamiento verbal con la bancada socialista en la que le expuso que la Junta «ha denegado una subvención a la Iglesia Mayor porque considera que no es un edificio histórico». La importancia del inmueble para el desarrollo de Las Cortes de Cádiz no ha sido suficiente para alcanzar los 50.000 euros para continuar con el adecentamiento del edificio.
Lo curioso es que el que fuera presidente del Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, Luis Pizarro, sí reconoció la importancia de la Iglesia Mayor al asegurar que hay que «conservar lugares como éste para guardar la memoria del Doce». En este sentido, recordó que entre las paredes del dictado edificio los diputados de las Cortes Constituyentes juraron sus cargos el 24 de septiembre de 1810, momento a partir del cual comienzan a ejercer sus nuevas responsabilidades, una labor que culminaría con la aprobación de La Pepa.
Hay que decir que en 2010 el edifico estuvo sometido ya a labores de rehabilitación que duraron cuatro meses y contaron con un presupuesto superior a los 370.000 euros. La iglesia, que data de mediados del siglo XVIII, luce de nuevo el color rojizo que caracterizaba su fachada inicialmente tras la restauración cromática a la que se ha sometido. Asimismo, se ha actuado para recuperar por completo las dos torres que la flanquean, recuperándose incluso la azulejería de la parte superior. En una actuación posterior se acometieron otras reformas como la puerta principal, la verja y cierros de la entrada, la cruz que coronaba la fachada y la iluminación lateral del interior.
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