Ni cuatrocientos euros, ni matrimonios homosexuales, ni eutanasia, aborto, ley de igualdad, o dependencia, lo que pueden ustedes conseguir si votan a Mariano es la salvación eterna. ¡A ver quien da más!
De momento nuestros obispos se han limitado a decir a quien no hay que votar, y con las condiciones que han puesto, huelga decir que sólo quedamos nosotros. Porque somos el único partido que jamás, y no me cuesta volver a repetirlo: jamás, ha negociado con ETA. Y es que Jose Mari, hombre de principios donde los haya, lo dejó muy claro, él no hablaba con ETA, si no con el Movimiento de Liberación del Pueblo Vasco.
Si las encuestas nos son negativas tenemos preparado un plan de choque más directo, que ya sabemos que hay mucho votante despistado o poco entendedor de mensajes subliminales. De momento tenemos dos propuestas de carteles propagandísticos, uno en un tono más positivo y otro más amenazador, según los tiempos utilizaremos uno de ellos o los dos de forma combinada. En el primero se ve a Monseñor Camino, y junto a él un niño de blanca tez al que el obispo pasa la mano sobre el hombro, bajo ellos el lema: “Con las leyes de Zapatero este niño no estaría aquí”. En el segundo buscamos un mensaje que mueva a la reflexión sobre la vida eterna. En él aparece Monseñor Rouco, gafas de sol en ristre, quien con dedo inquisidor se dirige al votante, con el lema: “¿Quieres salvarte del infierno? Vota Rajoy”.
Lo que nos tiene un poco preocupados en la calle Génova es qué ocurrirá con la Iglesia en el caso, casi imposible, de que perdamos las elecciones. Porque por nuestra parte está claro, cuatro años más de oposición. Pero, ¿si pierde las elecciones la Iglesia, qué religión será la dominante en España? Mira que si Zapatero se une en la campaña electoral a los judíos, gana, y nos obliga a hacernos la circuncisión a todos.