Las elecciones andaluzas se celebrarán el próximo 19 de junio. Moreno Bonilla adelanta unos meses la cita electoral con un panorama que al PP no le pinta nada bien. Su socio de gobierno, Ciudadanos, y un Juan Marín, a todas luces ridículo políticamente, se desploman. Y para gobernar Andalucía, el PP debería conseguir una mayoría absoluta.
Este sería el análisis político lógico si el Partido Popular estuviese en la estrategia europeísta de vetar a la ultraderecha en las instituciones. Si el partido conservador de España no comprometiera el bienestar y el avance de Andalucía al servirse de Vox. Sin embargo, ese PP ya no existe, Castilla y León tiene un vicepresidente ultraderechista aupado por los populares.
Hecha realidad lo que parecería una pesadilla, a quien le pintan muy mal las cosas es a los andaluces y andaluzas si el próximo junio no arrasa la izquierda en Andalucía. Sí, lo he dicho bien, para frenar a la ultraderecha la izquierda tiene que arrasar en Andalucía, porque lo que dejemos en manos de Moreno Bonilla llevará a Vox al Gobierno.
Soy de Linares, un pueblo obrero de tajo y fábrica, hija y hermana de la obra, hija de una madre que cada día le quitaba el cemento pegado a la ropa. Desde pequeña he sabido que era la ultraderecha. Se reconocían rápido, eran los que te miraban por encima del hombro, te despreciaban y te decían que ojalá, Franco levantara la cabeza. Recuerdo que yo me preguntaba, “Que Franco levante la cabeza ¿para qué? ¿Para que las mujeres no puedan trabajar fuera de casa? ¿Para tener que ir a misa obligada? ¿Para qué a los gays y lesbianas les insulten y torturen? ¿Para que de nuevo el miedo lo invada todo?”.
Los que entonces decían que ojalá Franco levantara la cabeza, hoy son gobernantes de Vox. Sin ningún pudor se dirigen a la clase trabajadora para decirnos que ellos nos representan y aprovechando el enfado de la ciudadanía, intentan convertir el cabreo de la gente en votos en contra de las instituciones, en contra de los avances en derechos y libertades, en contra del progreso.
Vox representa una España en blanco y negro que normaliza que a las mujeres les pegue su marido. Vox representa un discurso insolidario, que trata de forma inhumana a quienes peor lo pasan, que cierra las puertas de los hospitales a quienes vienen en patera ya sean niños o adultos, y olvida las veces que los españoles necesitamos los hospitales de Alemania, Chile o Argentina. La última vez no hace tanto, en la crisis económica de 2010.
La ultraderecha cuestiona el estado de las autonomías, un modelo de gestión política que ha permitido que haya médico y colegio en la mayor extensión de nuestro territorio. Sin el Estado Autonómico, los niños y niñas andaluzas no tendrían hoy libros gratuitos, no tendrían su pediatra en el centro de salud, no habría Andalucía Oriental para quien busca trabajo, ni Guadalinfo hasta en el último pueblo de nuestra tierra. VOX quiere gobernar Andalucía para derogar el Estatuto de Autonomía de Andalucía, el que votamos en 1980, el del 4 de diciembre y el 28 de febrero, el de andaluces levantaos.
Si eres andaluz o andaluza, votas en las próximas elecciones, y hay algo de Vox que te guste, te invito a que te lo preguntes: “Que Franco levante la cabeza ¿para qué?”. La democracia nos ha dado mucho, nuestros hijos e hijas han podido estudiar gracias a las becas que permitió la democracia. Hoy puedo enamorarme de quien quiera porque la democracia ha dicho que el amor no es delito, nuestros mayores tienen reconocida la dependencia porque la democracia así lo quiere, tenemos derechos laborales porque la democracia así los ha reconocido. Todo lo que ha mejorado tu vida es posible gracias a la democracia, y la memoria nos recuerda que la mayor parte de esos logros los has defendido tú y los ha hecho posibles el PSOE.