El Centro Jurídico Tomás Moro presenta una nueva querella / Remite también una carta al ministro de Justicia para que tome medidas
En medio de toda la guerra mediática e ideológica de los diferentes colectivos, el Centro Jurídico Tomás Moro interpuso ante los juzgados de instrucción de Pozuelo de Alarcón una querella criminal contra los alumnos presentes en los incidentes en la capilla de la Universidad Complutense el pasado 10 de marzo
En esa denuncia van incluidos dos colectivos: la asociación Contrapoder y la asociación RQTR. Con ésta ya son dos las demandas que en un mes ha recibido el colectivo e indirectamente la institución universitaria a causa de los acontecimientos ocurridos en el interior de la capilla de la Facultad de Somosaguas.
La primera demanda fue interpuesta por el sindicato Manos Limpias para pedir medidas contra la profanación del centro de culto. Más tarde los responsables de la «performance» fueron detenidos por un delito tipificado en los artículos 524 y 525 del Código Penal. De la misma forma, el Centro Jurídico Tomás Moro envió una carta al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, solicitándole una entrevista a fin de «buscar soluciones» y «garantizar» el derecho constitucional a la libertad religiosa y de conciencia. El centro muestra en su escrito su preocupación por «el momento sumamente delicado para los derechos civiles y las libertades públicas que vive España». Un problema que define como una «persecución a lo católico y a los católicos que se está convirtiendo en un acontecimiento tristemente cotidiano». A continuación, la carta subraya que «estos hechos se vienen repitiendo últimamente más de lo adecuado, lo que sin duda está creando una cada vez más preocupante alarma social». Por ello el centro hace un escrupuloso repaso a los casos más difundidos de los últimos años para ver la proliferación de los ataques a los católicos y a la Iglesia. Así, por ejemplo recuerda «la representación en diversas ciudades españolas de “La Revelación”, en la que Leo Bassi insulta a la Palabra de Dios (La p. Biblia); disfrazado de Papa, se ríe del enfermo Juan Pablo II y “consagra” un cáliz lleno de condones». Ésa y otras acciones son mencionadas por el Centro Jurídico Tomás Moro para recordar que los ataques laicistas empiezan a convertirse en costumbre y por ello no deben permitirlo.
De la misma forma, hacen mención en la carta que «la libertad religiosa y de conciencia no sólo viene recogida en nuestra Constitución, sino también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en multitud de tratados internacionales suscritos por España. «La libertad religiosa es un derecho natural del hombre, cuyo ejercicio enriquece el patrimonio cultural de toda sociedad», recuerda. Y concluyen pidiendo reunirse con el ministro para «aportarle mayores datos y estudiar posibles actuaciones en defensa de la libertad religiosa». El asalto de las jóvenes a la capilla ha levantado ampollas en todos los ámbitos y la Declaración de Somosaguas ya cuenta con el apoyo de cerca de 3.500 firmantes de toda España. El Sindicato Manos Limpias inició los primeros trámites judiciales y ahora es el Centro Jurídico Tomás Moro quien ha visto vulneradas las libertades del ciudadano pero el órgano competente para evitar estos incidentes es el Rectorado y lo que Carlos Berzosa decida en sus últimos días de mandato. Si bien estas denuncias y polémicas enturbian aún más su paso por la Complutense, el futuro de las capillas en las universidades públicas no está en sus manos. El sucesor de Berzosa tendrá un duro estreno ya que el debate acaba de comenzar.
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