La Iglesia católica no viola el Estado laico ni pretende hacerlo, tampoco sataniza la homosexualidad ni es homofóbica, sostuvo la Conferencia del Episcopado Mexicano a través de su presidente, Carlos Aguiar Retes y los arzobispos de Morelia, Alberto Suárez y de León, José Guadalupe Martín Rábago.
En conferencia de prensa donde dieron a conocer su posición en torno a la unión de las parejas del mismo sexo, Aguiar Retes sostuvo que la Iglesia quiere un Estado laico que sea el artífice de garantizar las condiciones de libertad para todos, independientemente las características de cada persona.
"No se trata de que el Estado laico se contraponga a las condiciones religiosas ni a las instituciones como son las iglesias, sino el verdadero Estado laico es aquel que favorece la relación de todos los sectores aún los constituidos por motivos de una fe donde se solidarice y fraternice para bien de una sociedad.
"Entonces la Iglesia no viola el Estado laico sino que está por un Estado democrático, que tenga una solidez y una laicidad como lo ha expresado Benedicto XVI".
En un comunicado leído por los tres ministros donde se subraya la posición de la CEM se enfatiza que "ante la actitud que tiende a sustituir la verdad por consensos frágiles y fáciles de manipular, la fe cristiana aporta una contribución en la verdad ético-filosófica y propone perspectivas morales dentro de la cual la razón humana puede investigar y encontrar soluciones viables.
"Estamos convencidos de que existe en cada ser humano una ley moral natural, y ésta, también da la bienvenida a quienes no se identifican con la fe y el pensamiento cristiano, por eso la Iglesia no impone sus leyes morales".
Al respecto Martín Rábago defendió el derecho de la Iglesia de expresarse y sobre sus propias convicciones y en tal sentido destacó que por parte de la Iglesia no hay una posición de satanización sobre los homosexuales u homofobia.
La posición de la Iglesia en el catecismo sobre los homosexuales señala que éstos tienen los derechos que son propios de toda persona humana y no están excluidos de la Iglesia o excomulgados.
"Eso no quiere decir que el ejercicio de la homosexualidad la Iglesia aparezca indiferente y el ejercicio de la homosexualidad es una desviación y objetivamente hablando y una falta moral", dijo.