Entrevistamos a Samuel Ferrando, delegado en Catalunya de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová, que denuncia el «ostracismo» que sufren los adeptos cuando son expulsados o abandonan la comunidad.
El pasado 26 de septiembre se presentaron 300.000 firmas en el Congreso para incluir el delito de persuasión coercitiva en el Código Penal, una propuesta redactada por Carlos Bardavío, abogado de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová (AEVTJ). Esta entidad, fundada en 2017, cuenta actualmente con unos 400 socios. Personas que, según el delegado de la asociación en el Catalunya, Samuel Ferrando, han buscado refugio tras sufrir «ostracismo» y haber abandonado una comunidad «que controla todos los aspectos de su vida».
Entrevistamos a Ferrando para hacer una radiografía general de este fenómeno. Poco a poco, las «víctimas» han comenzado a denunciar los agravios causados por las estrictas normas de los Testigos de Jehová, así como la cultura del silencio en torno a los casos de abuso sexual. Según Ferrando, en el conjunto del Estado hay unas 120.000 personas —40.000 en Catalunya— que profesan esta fe con «prácticas sectarias».
¿Cómo describiría la vida dentro de los Testigos de Jehová?
Es vivir en una comunidad hermética, donde la mayoría de los miembros han nacido dentro. Es una organización que dicta normas para todos los aspectos de la vida: desde el entretenimiento —qué películas puedes ver, qué música escuchar—, pasando por la educación y si es bueno o no cursar estudios universitarios, hasta cuáles son las amistades recomendables o quién es la persona adecuada para casarte.
¿De qué manera hacen cumplir estas normas o recomendaciones?
Hay normas que conllevan consecuencias directas y otras son recomendaciones, pero que son impuestas por la fuerza que establece la comunidad. Por ejemplo, están prohibidas las transfusiones de sangre. Si alguien se hace una y no demuestra arrepentimiento, está violando un mandato bíblico y, por lo tanto, será castigado con la expulsión de la congregación.
¿Qué implica la expulsión?
«La expulsión de los Testigos de Jehová conlleva el ostracismo total»
El ostracismo total. Los miembros de la comunidad están bajo amenaza de ser expulsados si tienen un contacto continuado con alguien que ya no pertenece a los Testigos de Jehová. Al fin y al cabo, no deja de ser un chantaje para que te comportes como ellos quieren. En lo que respecta a las recomendaciones sin consecuencias directas, es la presión del grupo la que mueve tus decisiones. Como miembro joven, no escucharé determinada música, no veré ciertas películas o no colgaré una foto insinuante en las redes sociales si no quiero que me juzguen. Todo está pautado.
¿Una persona expulsada puede volver a la comunidad si se arrepiente?
Puede volver a la congregación. Pero hay gente de nuestra entidad que ha regresado para no perder a su familia y amigos, no porque crea de nuevo en las normas.
¿Los Testigos de Jehová se definen como una religión?
Ellos consideran que son la verdad y que el resto de las religiones son fruto de Satanás y de su sistema.
¿Cuándo y con qué motivación nació la AEVTJ?
En el año 2017, una serie de personas que habían sido Testigos de Jehová y que ya hacían activismo en las redes sociales decidieron unirse y formar una asociación. Es reciente porque hay mucha gente que sale de la comunidad pero mantiene la programación instaurada en su mente. Durante años continúan pensando que todo es culpa suya y sienten vergüenza de explicar que han estado dentro de una secta. Es complicado.
¿Usted considera que son una secta?
«Aunque sean una religión reconocida en nuestro país, tienen prácticas sectarias»
Aunque sean una religión reconocida en nuestro país, tienen prácticas propias de grupos sectarios. Los Testigos de Jehová nos interpusieron una denuncia por utilizar estos términos, pero el juzgado nos dio la razón.
¿Cuántas personas forman parte de la AEVTJ en la actualidad? ¿Ha crecido el número de socios en los últimos tiempos?
En España hay un total de 400 socios y casi 100 viven en Catalunya. Hemos crecido bastante, es una proyección exponencial del problema que hay en todo el país. Si cientos de personas han dado el paso de darse de alta en nuestra asociación, ¿cuánta gente hay que no se atreve por las consecuencias que conlleva? Hay miles de víctimas afectadas. Muchas se ponen en contacto con nosotros de forma anónima porque aún tienen familia dentro, tienen miedo de perderla, pero están interesadas en recibir asesoramiento.
Más allá del ostracismo, ¿qué agravios denuncian las víctimas?
«Tratar los casos de abuso sexual dentro de la religión no protege a las víctimas de estos delitos»
Hay otro gran problema que aún no ha salido a la luz en nuestro país: el tratamiento de los casos de abuso sexual dentro de la comunidad. Para que te hagas una idea, el Parlamento de Australia hace cinco años realizó un estudio sobre el impacto del abuso sexual en las diferentes organizaciones religiosas. El informe oficial reveló que los Testigos de Jehová ocultaron más de mil casos durante 50 años. Y no solo Australia, Nueva Zelanda y el Gobierno británico también emitieron informes sobre la cuestión. Los tres países concluyeron que las normas que utilizan dentro no protegen a las víctimas de estos delitos.
La política de tratar los asuntos dentro de la religión para no manchar el nombre de Dios ha hecho que muchos casos de abuso no se hayan denunciado a la Justicia y que muchos de ellos hayan prescrito.
¿Cómo acompaña la asociación a las personas que ya están fuera? ¿Y a las que quieren irse?
Tenemos psicólogos que habían sido Testigos de Jehová. Hemos sufrido un crecimiento exponencial muy grande debido al juicio y nos ha desbordado un poco. Tenemos grupos de apoyo para las personas que han salido, atención telefónica y por correo, y grupos de WhatsApp donde cada uno explica sus experiencias. Estamos luchando por aumentar las ayudas públicas. Y en lo que respecta a las víctimas que quieren salir, les ponemos en contacto con miembros de la asociación de su zona para que tengan asistencia fuera. Nuestro abogado, Carlos Bardavío, asesora a las víctimas en caso de que sea necesario hacer una demanda. Estamos luchando contra la persuasión coercitiva porque en nuestro país hay un vacío legal con las prácticas sectarias.
Una de sus misiones es «ejercer de ‘lobby’ ante los diferentes niveles de gobierno español con el fin de lograr que los Testigos de Jehová regularicen sus comportamientos dentro de la legislación vigente».¿Cómo se concreta esto?
Nuestro objetivo es dar a conocer las prácticas sectarias que hasta ahora no eran conocidas. Los Testigos de Jehová han sido durante muchos años una religión simpática, lo que se sabía era que venían los domingos a llamar a la puerta de tu casa para ofrecerte revistas. Queremos destapar estas prácticas para que cambien y se regulen teniendo en cuenta los derechos humanos. No queremos que desaparezca la comunidad, dentro tenemos amigos y familiares. Pero sí exigimos que se respete la libertad individual de cada uno y que la práctica del ostracismo que conlleva la expulsión no destruya familias.
Un cuerpo gobernante de 11 miembros en los Estados Unidos dicta las normas que se aplican en todo el mundo, pero la lucha que estamos llevando a cabo sí está teniendo influencia. En Noruega, por ejemplo, les han retirado el estatus de religión reconocida, porque también practicaban el ostracismo con menores de edad expulsados. Es muy grave para un adolescente de diecisiete años perder todo su círculo.
¿Qué más se ha conseguido?
El cuerpo gobernante ha flexibilizado la norma del ostracismo de cara a la galería. Ahora permiten saludar a un expulsado si visita una sala del reino [donde se reúnen los adeptos]. Antes nadie te miraba y ahora pueden decirte «hola». Es un lavado de imagen. Queremos dar visibilidad a nuestro trabajo como asociación y reunirnos con el Síndic de Greuges, con la Oficina de Asuntos Religiosos y con cualquier departamento que vigile el cumplimiento de los derechos del colectivo LGBTI+. De puertas afuera, no hay homosexuales dentro de los Testigos de Jehová. Seguiremos luchando.