HOAC y JOC piden a la Iglesia que esté «al lado de los empobrecidos? y el cardenal les desautoriza
La brecha entre la jerarquía del catolicismo y sus bases se ahonda, ahora a causa de la reforma laboral del Gobierno del PP. “Es otra agresión al trabajo humano como principio de vida y rompe el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital-trabajo, alejándose del principio defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital”, dicen la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) en un comunicado distribuido a las parroquias con un comentario del delegado de Pastoral del Trabajo del Arzobispado de Madrid, Juan Fernández de la Cueva. Poco más tarde, el cardenal Antonio María Rouco ordenó a sus vicarios que desautorizasen sendos documentos “a la mayor brevedad”.
Según HOAC y JOC, la reforma “supone un nuevo golpe al derecho laboral limitando su capacidad de frenar la creciente mercantilización y cosificación del trabajo humano. “Este Gobierno ha aprovechado el estado de quietud y miedo de la mayor parte de la ciudadanía para eliminar viejas conquistas laborales y aspiraciones conseguidas tras muchas luchas de tantas personas a lo largo de la historia”, añaden.
Las dos organizaciones de obreros católicos instan más tarde “a los partidos políticos a corregir y reorientar, en el proceso parlamentario, la reforma poniendo en el centro de la misma el trabajo decente y con derechos”. También animan “a participar en las iniciativas y movilizaciones que se convoquen por parte de las organizaciones eclesiales, sociales y sindicales”.
Entre los argumentos que esgrimen para calificar la reforma como “una vuelta de tuerca más para flexibilizar el mercado de trabajo”, destacan la “quiebra el derecho constitucional a la negociación colectiva y a la capacidad organizativa de los trabajadores”; el que “facilita y abarata la expulsión del mercado de trabajo porque quita trabas al despido por causas económicas; que rebaja la indemnización del improcedente y elimina la autorización administrativa para poder llevar a cabo los expedientes de regulación de empleo”; porque “abre el camino para ajustar los salarios a la productividad de forma que los trabajadores más débiles van a depender de la voluntad unilateral del empresario”, y porque “dificulta, cuando no impide o precariza, el empleo juvenil”.
En el comunicado, JOC y HOAC se presentan “como parte de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo”. Por eso no extrañó que, inmediatamente, se hiciera eco de sus criterios la delegación del Pastoral del Trabajo del arzobispado que preside Rouco, incluso con alabanzas. Así, después de subrayar “la necesidad de hacer lectura cristiana de la reforma laboral", el delegado diocesano dice que "es importante que los criterios cristianos de la Doctrina Social de la Iglesia formen parte de nuestro juicio, por encima de las ideologías económicas o políticas”.
Añade: "Esta delegación diocesana os adjunta el comunicado elaborado por la HOAC y la JOC, movimientos apostólicos de Acción Católica, porque puede ayudar a analizar un hecho social que cae dentro de la dimensión social de la fe". Firmaba el delegado de Pastoral del Trabajo, el sacerdote Juan Fernández de la Cueva, al que el cardenal también deja en evidencia. Lo hace, sobre todo, en el primer punto de la nota del arzobispado, que dice: “La Delegación Episcopal Diocesana de Pastoral del Trabajo ha enviado a todas las parroquias un comunicado elaborado por la HOAC y la JOC de ámbito nacional. Nuestra diócesis no se identifica con el contenido de dicho documento, ni se hace responsable del mismo, considerando improcedente su difusión. En las vicarías territoriales [esta nota] debe enviarse a los arciprestes a la mayor brevedad posible, a fin de que éstos la envíen a las parroquias y lugares de culto de su respectivo arciprestazgo”.
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