La capital italiana despidió hoy al célebre activista y político Marco Pannella, fallecido el pasado jueves, con un funeral laico celebrado en la céntrica plaza Navona y en el que participaron cientos de personas y militantes del Partido Radical.
El féretro de Pannella, líder de dicho partido, llegó a la plaza a bordo de un vehículo en el que se había instalado una foto suya con el lema «hasta pronto» y que fue seguido por decenas de simpatizantes con banderas de la formación.
A su llegada a la plaza fue recibido con un prolongado aplauso y su ataúd fue ubicado en un escenario desde el que se recordó su figura con discursos y con grabaciones de algunas de sus alocuciones más aplaudidas.
En el funeral intervino la ex comisaria europea Emma Bonino, quien dijo a los asistentes que «el mejor modo de honrarle es prestar más atención a las batallas» que defendía en vida por los Derechos Humanos.
El acto que se prolongará hasta última de esta tarde y, acto seguido, el féretro será trasladado a su ciudad natal, Teramo (este), donde se instalará la capilla ardiente y será enterrado.
Desde que falleciera, a los 89 años, se han sucedido los mensajes de pésame y se celebrado funerales en la sede del partido y en la Cámara de los Diputados, a la que llegaron muchas personas que aguardaron su turno para poder darle el último adiós.
Declarado ateo y progresista, tras su muerte ha trascendido una carta remitida al papa Francisco en la que le expresaba su afecto, sobre todo por sus palabras e iniciativas en favor de los refugiados y por su «Evangelio de los últimos» o descartados de la sociedad.
Pannella fue una de las figuras más influyentes de la política italiana de la segunda mitad del pasado siglo, sobre todo por sus continuas y a menudo originales iniciativas a favor de la conquista de derechos civiles, basadas en la no violencia.
Entró en política en la década de 1950 y, durante su dilatada carrera, se batió por la aprobación de leyes como la del divorcio, la del aborto o, más recientemente, sobre la uniones entre personas del mismo sexo.
Defendió también temas tan dispares como la independencia del Tíbet -el Dalai Lama ha expresado su pésame- o la prohibición de la caza y lo hizo con la técnica de la desobediencia civil, mediante huelgas de sed y hambre en las que llegó a beber su orina.
Contrario al «prohibicionismo», fue incluso detenido por repartir drogas en Roma para reclamar su despenalización.
Entre los múltiples cargos que ha desempeñado, fue diputado de Italia desde 1976 hasta 1989 y miembro del Parlamento Europeo desde 1979 hasta el 2009.
Las loas hacia Pannella han llegado desde todos los frentes, desde el primer ministro Matteo Renzi, hasta del Vaticano, al que tantas veces criticó, o por parte también del magnate y ex presidente del gobierno Silvio Berlusconi.
Bonino recalcó durante el acto que, durante su vida, el intelectual «fue insultado y vilipendiado» por figuras que ahora le recuerdan con «homenajes póstumos que apestan a hipocresía».
