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Relación religión-laicismo y el invento del concepto laicidad

La Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II, realizado por el papa Juan XXIII en 1959, reimpulsó el término laico como aquel creyente que no es un clérigo, aquel fiel fuera del clero. Los budistas también utilizan el término laico para referirse a aquellos creyentes que no necesitan de un templo, expresión utilizada por una escuela llamada “Reiyukai”, aparecida en el año 1920; ambas, concepciones del siglo XX. Sin embargo, en el siglo XVI en Francia, nace el término laico como aquella persona que adhería al laicismo como idea humanista; en los siglos XIX y XX también el significado abarcó un ámbito ideológico, sociopolítico y filosófico, y en el siglo XXI también incluyó el concepto una dimensión ética.

Es decir, al ver el surgimiento del laicismo a lo largo de cuatro siglos, la Iglesia decidió tomar cartas en el asunto, expandiendo el pensamiento a sus fieles, diciendo que si ellos no participaban en el clero eran laicos, ocupando el mismo seudónimo que tenían aquellas personas que luchaban por la separación Iglesia-Estado, logrando que de un momento a otro todos fueran laicos.

Así también después de la Segunda Guerra Mundial, el papa Pío XII acuñó el concepto “Laicidad” y enfrentó ambos conceptos (laicismo y laicidad) afirmando que laicidad era el mutuo respeto entre Iglesia y Estado fundamentado en la autonomía de cada parte y laicismo es la hostilidad o indiferencia contra la religión.

Desde aquel tiempo se discute o más bien discuten las personas adeptas a la religión católica, las diferencias entre laicismo y laicidad, y más aún, subclasifican la laicidad en laicidad positiva y negativa; mas para nosotros, las personas que adherimos al laicismo, esa discusión no existe, ya que el laicismo no tiene interés en acabar con la religión, ni es su enemigo y el concepto de laicidad, a lo sumo podemos tomarlo como la doctrina del movimiento que vendría a ser laicismo, debido a su sufijo ismo.

Hay una cosa que se debe asumir y es que el laicismo no es enemigo de las religiones.

Como dijo el ex Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Juan José Oyarzún, “es una falacia divulgada por los enemigos de la razón, que el laicismo sea el mayor oponente de la religión, tanto que en el mundo de los valores se le atribuye ser el antivalor del sentimiento religioso.

“El Laicismo considera a la religión como un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, con sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social, y de prácticas rituales, especialmente mediante la oración y los sacrificios, entendiendo entre ellos desde el ayuno hasta la teofagia (esto es, comerse al dios, como es la comunión). Estima el laicismo que la casi totalidad de las grandes religiones perduran en la actualidad, y que el sentimiento religioso es un hecho de gran vitalidad, manifestado a través de múltiples fenómenos de tipo mesiánico o animista, que se dan en casi todo el mundo. La conclusión fundamental es que la historia de la humanidad es un proceso de laicización progresivo, que dista bastante de haber concluido aún”

Como podemos ver, el laicismo no tiene entre sus filas a un pensamiento exclusivo, sino más bien inclusivo, aceptando a ateos, agnósticos, católicos, judíos, evangélicos, musulmanes, personas de izquierda, de derecha, de centro, feos, lindos, altos, chicos, gordos, flacos, etc.

Esto, debido a que el laicismo no es una religión, o si tomáramos religión en un sentido estricto y semántico, ya que viene del latín religare (reunir), quizás el laicismo sería la única religión, ya que es el único movimiento que busca reunir a los hombres.

Finalmente, “laico no es laicista”, claramente no lo es para una persona que sigue las doctrinas de Pío XII y Benedicto XVI, pero en mi caso particular, que no sigo sus doctrinas, laico es laicista, laico es el que sigue al laicismo y el laicismo no es enemigo de las religiones, por tanto que Bilbao haya dicho “¡Gloria a Dios!” o que Salvador Allende haya dicho “nunca hemos incursionado en un dogmatismo intransigente en el derecho de cada cual de tener la creencia que más avenga con su ser íntimo, y que ésta mantendremos”, no me parece raro, ni me parece menos laico, ni creo que hayan estado fuera del laicismo.

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