Aproximadamente nueve millones de españoles dejan de aportar a la hucha común porque deciden marcar la casilla que existe para la asignación de la Iglesia Católica en el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF). Incluso en época de crisis y con una sociedad cada vez menos practicante, el dinero que recibe la institución por parte del ciudadano subió en 2012 hasta los 248,52 millones de euros, 1,42 millones de euros más con respecto al anterior. Pero el dinero público para la institución no se limita a esto y colectivos como Europa Laica denuncian que el importe que recibe finalmente del Estado supera los 10.000 millones de euros, incluyendo conceptos como las exenciones fiscales o la educación concertada.
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