(Al José Saramago del Caín y a otros lectores)
Es probable que crea que :
En el tiempo de sus ancestros nació un hombre de una madre virgen sin que interviniera un padre biológico.
Es probable que crea que :
- El mismo hombre sin padre gritó a un amigo suyo, llamado Lázaro, muerto con tiempo suficiente para que hediera. Y Lázaro volvió rápidamente a la vida.
Es probable que crea que :
- El propio hombre sin padre regresó a la vida a los tres días, tras haber sido muerto y enterrado.
Es probable que crea que :
- Cuarenta días después el hombre sin padre subió a la cima de una colina y desapareció corporalmente en el cielo.
Es probable que crea que :
- Si murmuras pensamientos privados en tu cabeza el hombre sin padre y su “Padre” (que también es Él mismo) oirá tus pensamientos y podrá actuar según ellos. Simultáneamente es capaz de oír los pensamientos de todo el resto del mundo.
Es probable que crea que :
- Si haces algo malo, o algo bueno, el mismo hombre sin padre lo ve todo, incluso aunque nadie más lo vea. Y que puedes ser recompensado o castigado en función de ello, incluso después de tu muerte.
Es probable que crea que :
- La virginal madre del hombre sin padre nunca murió, sino que “ascendió” corporalmente al cielo.
Es probable que crea que :
- El pan y vino, si son bendecidos por un sacerdote (que tiene que tener testículos), “se convierten” en el cuerpo y en la sangre del hombre sin padre.
Todo ello suena parecido a lo que el antropólogo Pascal Boyer cuenta de los fang de Camerún, que creen que “las brujas tienen un órgano interno similar a un animal que vuela por la noche y arruina los cultivos de otras personas o envenena su sangre. También se dice que a veces esas brujas se reúnen en enormes banquetes, donde devoran a sus víctimas y planean futuros ataques. Muchos te dirán que un amigo o el amigo de un amigo vio realmente a las brujas volado sobre el pueblo por la noche, sentadas en una hoja de banano y arrojando dardos mágicos a diversas víctimas confiadas”.
La selección natural construye cerebros infantiles con una tendencia a creer cualquier cosa que les digan sus padres y los ancianos de la tribu, porque es algo muy valioso para su supervivencia. Pero la cara opuesta de la obediencia confiada es la credulidad servil, la vulnerabilidad a la infección por virus mentales. Consecuencia automática es que quien confía no tiene manera de distinguir un buen consejo de uno malo y a uno, si no espabila, le pueden meter fácilmente gato por liebre. Y, por desgracia, los líderes religiosos son bien conscientes de la vulnerabilidad del cerebro infantil y de la importancia del adoctrinamiento en edades tempranas (Richard Dawkins).
Releyendo estos días la traducción de la Biblia al alemán de Martín Lutero en 1545 no puedo menos de recordar su pensamiento. Decía Lutero: “La razón es el mayor enemigo que tiene la fe; nunca viene en ayuda de las cosas espirituales… La razón debería ser destruida en todos los cristianos”.