A tres días de recordarse la muerte de Jesucristo, el secretario de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Jesús Juárez, pidió a los representantes del Gobierno que no impidan a nadie que exprese libremente su fe religiosa. La exhortación de la curia se produjo después de que el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, dijera que al convertirse el país en un Estado laico, ya no era obligatorio para las Fuerzas Armadas participar de las actividades programadas por la Iglesia Católica en la Semana Santa.
“Si un Ministro de Estado, un soldado o un capitán es católico, nadie le puede prohibir profesar su fe”, afirmó Juárez.
Señaló que para las celebraciones de la pasión y muerte de Jesús, la Iglesia invitó a todas las autoridades para que participen de los actos, aunque puntualizó que “es una decisión personal si asisten o no”.
“Nadie puede prohibir las manifestaciones religiosas porque sería una discriminación”, concluyó Juárez.
A las declaraciones de García Linera se suman los planteamientos hechos por el ministro de Defensa, Walker San Miguel, que en una entrevista televisiva señaló que los capellanes empezarán a desaparecer progresivamente de las unidades militares, debido a la calidad de Estado laico que ahora tiene Bolivia.
De manera sorpresiva, ayer por la mañana el presidente Evo Morales, fue hasta el atrio de la Catedral paceña para comprarse una palma y hacerla bendecir por un sacerdote.