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Nosotr@s no te esperamos. Entrevista al Presidente de Europa Laica

A principios de mes, Benedicto XVI clausura en Valencia el Quinto Encuentro Mundial de las Familias. Varias asociaciones se han unido en la campaña "Nosotr@s no te esperamos" para, aprovechando la visita del Papa, poner de manifiesto que la Iglesia fomenta el neoliberalismo, impone un sistema de enseñanza, no es democrática, ni apuesta por la igualdad de las personas. Desde la Asociación Europa Laica -integrante de la plataforma-, su presidente Juan Francisco González Barón, puntualiza sus posturas.

"El apoyo incondicional que están prestando las diferentes administraciones de Valencia, la Diputación, Generalitat y el Estado está mucho más allá de lo que es tolerable en un Estado aconfesional", dice vuestro comunicado de prensa. ¿Por qué hay tan pocas voces que se levantan contra esta evidencia? ¿O es que en el fondo los españoles están de acuerdo?

No sé si están de acuerdo, y no lo sabríamos a menos que pudiéramos hacer un referéndum al respecto. Los únicos datos precisos que tenemos sobre la fidelidad de los españoles a la Iglesia como jerarquía es la crucecita en la declaración del IRPF. Aunque hay muchos que se declaran católicos en cuanto a referencia cultural, pero en lo que se refiere al tipo de política que plantea el Vaticano y la Conferencia Episcopal Española sólo un tercio de los españoles parecen apoyar esto. De momento es el único dato fiable del que disponemos, mientras la Iglesia Católica no se someta a los criterios democráticos que sigue cualquier partido político o cualquier otra asociación.

¿Sería necesario un censo de católicos para saber realmente a cuántos españoles representa esta organización, que es la Iglesia Católica?

Esto es una vía posible, que se ha hecho en algunos países. El sistema de financiación de las confesiones religiosas en Alemania se hace a base de censos de protestantes, católicos… Sin embargo el artículo 16.2 de la Constitución te exime de tener que declarar sobre tu religión. Máxime cuando estamos en un país donde personas de más de cincuenta años han vivido de cerca persecuciones religiosas. Aunque no estoy muy a favor de los censos, sí creo que se debe establecer un sistema de control democrático de expresión explícita de voluntades.

La visita a Valencia del Papa clausurará el Quinto Encuentro Mundial de las Familias. ¿Qué diseño de familia es el que defiende esta institución?

Pondré para ello un ejemplo. Un artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, afirma que la maternidad y la infancia deben gozar de especial protección, tanto para los hijos nacidos dentro del matrimonio como para los nacidos fuera. Sin embargo, en un documento de los obispos españoles que figura en la página web de la Conferencia Episcopal, se pedía ayuda para vivienda digna, educación, sanidad y alimentación destinadas a los hijos nacidos dentro de la familia tradicional, monogámica y estable. Esto quiere decir que estás excluyendo de esa ayuda a todos los hijos de madres solteras, de padres separados, y de uniones de hecho entre dos mujeres o dos hombres. Estás excluyendo a un gran sector de la población y en esto los obispos españoles están directamente enfrentados a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nosotros concebimos la familia como una unidad de convivencia que puede adoptar múltiples formas, donde lo básico es el buen entendimiento. No apartamos a nadie, mientras que el Foro de la Familia de Valencia evidentemente sí excluye muchas formas de unidad de convivencia que son hoy en día perfectamente asimilables a la noción de familia.

Hacéis referencia en el manifiesto al anacronismo que supone el Estado Vaticano y sus acuerdos con otros estados. ¿Por qué el Vaticano se permite aconsejar a otro gobierno sobre política, cuando esa injerencia es inadmisible por parte de otro país?

Porque estamos en una situación especialísima. Estamos tratando con la única religión del mundo que al mismo tiempo es un Estado. El Estado Vaticano lo fundó Benito Mussolini en 1929, con lo cual es un Estado de nacimiento fascista. Como nosotros tenemos un tratado internacional con la Santa Sede o Estado Vaticano, legislativamente se pone a la misma altura que la Constitución. Desde este punto de vista el poder de chantaje que tiene el Estado Vaticano sobre los gobiernos que han firmado un concordato de este tipo es tremendo. Pero es que este tipo de contratos de un Estado con otro en materia de derechos fundamentales, como sucede con la Iglesia católica, es algo único que no se da con ningún otro Estado.

¿Hasta qué punto las opiniones de la Iglesia católica influyen en los españoles a la hora de juzgar las políticas del gobierno?

Evidentemente hay un grado de presión muy fuerte. La Iglesia española polariza un gran sector de la derecha, de una sociedad conservadora a la que la mueven un poquito por el miedo. Y eso pudo verse en la cantidad de gente que se lanzó a la calle para protestar por el matrimonio homosexual, esgrimiendo los mismos argumentos que cuando se aprobó el matrimonio civil al principio de la transición democrática. Yo tengo una familia y no veo que el matrimonio de dos homosexuales o lesbianas la ponga en peligro en absoluto. Al contrario, creo que consolida mi seguridad el hecho de que mi hijo crezca en una sociedad de tolerancia. Pero hay un gran sector de la sociedad española que todavía se mueve por esos miedos ancestrales. Y la Iglesia Católica tiene un poder de difusión tremendo: tiene sus programas en las televisiones públicas gracias al concordato, tienen toda una cadena de radio como es la COPE en su poder, es accionista en periódicos de grandes tiradas. Mueve muchos resortes en la opinión pública y con ello muchos miedos.

¿Cuál diríais que es la intención real del Vaticano al programar esta visita a Valencia, cuando este Estado está claramente en contra de las políticas llevadas por el ejecutivo español?

Uno de los grandes proyectos de Juan Pablo II y del señor Ratzinger (Benedicto XVI), que llevan ya anunciando desde hace una veintena de años, es recristianizar España. Siempre ha sido un baluarte de la Iglesia Católica de mucho peso y ahora se está convirtiendo en un país ampliamente secularizado. Así que se trata de reconquistar esta fortaleza que siempre han tenido.

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