El Gobierno sueco anuncia la mayor reestructuración educativa en 30 años porque el modelo concertado no funciona, entre otras cosas, por fomentar la desigualdad
Los expertos consideran que el modelo en España está acabado: se creó para paliar un problema que ya no existe y es profundamente segregador
Asumir equivocaciones en política es un verbo que pocas veces se practica. Sin embargo, a veces ocurre. 4 de noviembre del año 2011, hace poco más de 12 años. El ya entonces expresidente del Gobierno Felipe González admitió, tajante, que su Ejecutivo había cometido «algunos errores». Se refirió a uno muy concreto: la educación concertada. Según afirmó el socialista, lo que habría que haber hecho es financiar la escuela pública. Y «quien quiera escuela privada que se la pague», añadió. Hace algunas semanas, la ministra de Educación de Suecia vino a asegurar lo mismo: el modelo en el país había resultado ser un «fracaso». Prometió, por ello, la mayor reestructuración del sistema educativo en 30 años. Los estándares educativos han caído, la desigualdad ha ido en aumento y la influencia religiosa en esos centros es excesiva, argumentaron en Suecia. Un diagnóstico que distintos expertos y estudios comparten para España.