Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Mirador Político

No sorprende que el clero católico insista en vulnerar, con poderes meta-legales, el estamento de laicidad de la nación.

Pues nuevamente con la iglesia hemos topado. Juntas a apretada pila, los leños aún despidiendo un tufillo de juventud para que mejor ardan, los adoradores del telón de fondo púrpura y arzobispal ha terminado su tarea y sólo resta quemar en efigie a quienes promovieron la ley que despenaliza el aborto en el Distrito Federal, y a los magistrados que desecharon el proyecto de dictamen de inconstitucionalidad promovido por Sergio Salvador Aguirre.

Esto que es ya un hecho consumado no puede revertirse más que en otro tipo de pira, la de la opinión pública y la propaganda. No sorprende que el clero católico insista en vulnerar, con poderes meta-legales, el estamento de laicidad de la nación. Y tampoco que en los medios electrónicos y ciertos diarios impresos le den más difusión a esta actitud opositora, que a los argumentos de quienes legislaron la ley y las organizaciones que la apoyan.

Otro tanto harán por el reparto del libro “Tu Futuro en Libertad” entre estudiantes de nivel medio superior. Se ha distribuido en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, Plantel Oriente. El secretario de Educación del Distrito Federal, Axel Didriksson Takayanagui, informó que la suma de los libros a entregar entre los cinco planteles será de 60 mil ejemplares. Y ¿qué tiene de particular este libro? Que incluye orientación sexual de manera implícita, y que lo distribuye el gobierno del Distrito Federal.

No es gratuito que las libertades civiles imperen ahora, en estos días, el panorama mexicano. La laicidad se sostiene en la plena conciencia de que la perspectiva absolutista de toda fe ha significado, a lo largo de la historia, más avances que retrocesos. Y eso creo que las nuevas generaciones lo entienden.

Pero cuidado: no se trata de discutir aquí nuestras preferencias políticas o nuestro apego o despego a nuestra religión o ausencia de esta práctica, –muchas veces se confunde esa gimnasia con esa particular magnesia–, sino si es actual o no, en el debate abierto por ciertos sectores de opinión, entre ellos el clero, mantener la estructura vigente del Estado laico y los ordenamientos que de éste emanan.

A fin de que el Estado llegue a existir como realidad ética del espíritu consciente de sí, es menester distinguirlo de la autoridad y de la fe. Pero esta división sólo se hace posible distinción cuando la Iglesia acepta dicha a la separación. Por encima de las Iglesias particulares, el Estado adquiere la universalidad del pensamiento, el principio de su forma.

Esta separación tajante entre la tentación del poder por el espíritu y el pleno establecimiento de lo ciudadano llegó a plenos poderes durante el siglo XIX a nuestra cultura política. Fue un logro de los liberales que hizo posible un mínimo de tolerancia entre instituciones, grupos, ciudadanos organizados y sin partido. Y su importancia tiene que ver con la funcionalidad democrática.

Quiero citar aquí, de nuevo, a Humboldt: “tan pronto como el Estado confesional considera como inseparablemente unidas la moral y la religión, -nos dice en sus ensayos-, y cree posible y lícito intervenir en la sociedad a través de este medio, casi es imposible que no proteja a una idea religiosa más que a las otras, en razón de su mayor conformidad con el verdadero, o tenido por tal, orden moral. Y por más que se procure evitarlo del todo, y se declare protector y defensor de todas las facciones religiosas por igual, como sólo puede juzgar por el comportamiento externo, acabará por favorecer las creencias de unos grupos y por oprimir, en consecuencia, a todo individuo particular que disienta de ellas”.

La discusión, como se observa, no ha cejado. Un grupo de mexicanos pugna por por mantener separadas la moral pública y la religión, y otro hace todo lo posible porque tal matrimonio regrese. Por influir para que la nación pase de una sociedad laica a una sociedad teocrática…

¿Paradojas o Parajodas?

1.- Antes los maestros, esos abnegados mexicanos que eran devotos cívicos de nuestra historia y nuestros personajes -sí, aquellos que nos dieron patria según la frase solemne de la época-, veían en las fiestas patrias una oportunidad para arraigar en sus alumnos las virtudes cívicas. Hoy ciertos docentes aprovechan esta fecha para meter, con calzador, su agenda política.

2.- Tal y como sucedió en una hilarante película de Robert Rodríguez, un incendio permitió descubrir un laboratorio en donde se procesaba droga sintética. Se halló la cocina, más no a los cocineros.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share