Según una encuesta realizada por el instituto demoscópico "Integral", un 17 por ciento de los 5,6 millones de católicos austríacos está pensando cancelar su afiliación a la Iglesia católica, lo que equivale a cerca de un millón de personas.
Al igual que en la vecina Alemania, la Iglesia austríaca se ha visto arrollada por una ola de denuncias de ex alumnos de escuelas e internados católicos que aseguran haber sido víctimas de abusos sexuales por sus maestros.
Ante esta situación, un 38 por ciento de los católicos austríacos aseguran que su opinión sobre la Iglesia católica ha cambiado "fundamentalmente" por las más recientes revelaciones, informó hoy el diario conservador "Die Presse".
Los católicos de Austria están registrados por el Estado como miembros en la Iglesia, cuyo abandono significa que las personas que deciden tomar ese paso ya no pagan el impuesto religioso que se exige en base a sus ingresos y no pueden recibir la comunión ni casarse por la Iglesia.
Desde el año 2000, unos 400.000 austríacos han decidido abandonar la Iglesia, lo que ha reducido el porcentaje de católicos hasta el 66 por ciento frente al 78 por ciento en 1991.
Los escándalos en seno de la Iglesia austríaca coinciden con el 15 aniversario del caso del entonces arzobispo de Viena Hans Hermann Groer, quien tuvo que dimitir en 1995 por haber abusado durante años de numerosos menores.
Entonces, la Iglesia austríaca prometió esclarecer todo los casos y evitar nuevos abusos, algo que al parecer no ha sucedido.
Por ejemplo, en un monasterio benedictino en la localidad de Kremsmünster, en la región de Alta Austria, al menos cinco chicos aseguraron la semana pasada haber sido víctimas en los años 80 del siglo pasado de maltratos físicos y abusos sexuales de parte de tres religiosos.
Pero también se revelaron casos en varios otros estados federados de Austria, donde párrocos han reconocido abusar y acosar sexualmente a numerosos menores en los años setenta y ochenta
