Al Observatorio de la Laicidad llegan denuncias de militares que están siendo obligados a salir en procesiones, como las próximas con motivo de la Virgen del Carmen, pese a que el nuevo Reglamento de Honores establece que será siempre voluntario.
Al parecer los mandos militares de algunos acuartelamientos no ven con buenos ojos que un militar no participe de estas celebraciones católicas y se pasan por alto los Reglamentos, por supuesto de forma "voluntaria" sus subordinados acceden a realizar esta actividad, pues saben que en caso contrario se verán las consecuencias (sanciones, arrestos, amenazas, persecuciones,… en fin la carrera militar cortada)
Todos sabemos las posibilidades que una institución como el ejército tiene para ejercer de forma coactiva, una formal voluntariedad.
Se vulneran así los derechos fundamentalaes de libertad y de libertad de conciencia, mediante las coacciones del poder de la superioridad.
El Gobierno debía ser consciente de esta situación y adoptar las medidas pertinentes. Un tema que estaría resuelto si el Ejército se limitara a su función civil y de defensa, y no actuar como monaguillo y acompañante de actos y liturgias religiosas.
