La asociación aragonesa Movimiento hacia un Estado Laico ( MHUEL ) lamenta y muestra su profunda disconformidad y absoluto rechazo ante la invitación por parte de la Diputación Provincial de Zaragoza a los actos con motivo del día del Corpus Christi que se celebrará el próximo 26 de mayo en la población de Daroca ( Zaragoza ) .
Visualizando el texto de la invitación y con la suficiente comprensión lectora , no caben excusas posibles sobre tradiciones , patrimonios inmateriales , hechos que trascienden lo religioso o fenómenos culturales posibles . Simple y llanamente se trata del típico y caduco «hábito sevicioso» de mostrar la sumisión del poder civil ante el poder religioso .
Una corporación de derecho público como la DPZ que representa a la totalidad y pluralidad de la ciudadanía , ni puede ni debe acudir con símbolos de representación institucional a una procesión y posterior eucaristía oficiada por el Arzobispo de Zaragoza en un acto que ensalza y reconoce un dogma confesional católico como es el Corpus Christi salvo que se menoscabe y se conculque de manera flagrante el principio de aconfesionalidad del Estado y sus instituciones recogido en el artículo 16.3 de la aún vigente constitución española de 1978.
Parece mentira que el Presidente de la DPZ – Sr. Sánchez Quero del PSOE – y su servicio de protocolo aún estén inmersos en un pasado más propio del nacionalcatolicismo que de los nuevos aires que respira la sociedad actual en general ; secularizada , tolerante y respetuosa.
Los términos protocolarios del «Procede llevar los símbolos corporativos: banda y medalla » «Indumentaria : caballeros traje oscuro ; señoras , vestido corto » , destilan ranciedad en conexión directa con un pasado gris y de obediencia debida.
Capítulo a parte como colofón y rematadera a la rechifla institucional , la DPZ proporcionará un minibús – pagado con fondos públicos- para que los corporativos acudan de manera colectiva y comodamente a un acto de carácter confesional.
MHUEL vuelve a repetir por enésima vez que nada tiene en contra de las muy respetables creencias que profese la ciudadanía en su ámbito privado de actuación , pero los poderes públicos y los cargos deben abstenerse en visualizarse con una determinada confesión manteniendo una escrupulosa neutralidad en materia religiosa.
Este nuevo episodio , lejos de disipar dudas respecto al concepto de laicismo y sociedad laica que pueda tener el PSOE en su discurso político e ideológico , siembra de negros nubarrones la declaración de intenciones con la posición real a la hora de actuar. Todo un alarde y monumento a la «cochambre»