Quizás deberíamos empezar por el principio y contar de que va la obra

Principalmente es el juicio a un chico joven, Lucho Pacelli, de familia rica y vinculada al Vaticano, quien, tras salir del seminario y antes de ordenarse sacerdote empieza a investigar y descubrir una serie de cosas que no le gustan: la corrupción, los abusos, la pederastia y entra en una crisis de identidad. Pero no solo eso, sino que además es juzgado por “atacar la religión”.

Parece que a usted le ha pasado lo mismo que a su personaje, entonces

[Ríe]. Sí, la historia se parece un poco, es cierto, porque además, la respuesta del joven es la misma que la mía: ¿cómo voy a atacar los sentimientos de los católicos si yo mismo soy católico? La teología más básica dice que la Fe es un don y yo lo tengo y soy feliz con esto. Cañizares dijo que mí obra “va en contra del hombre”, pero la verdad es que a mi esto no me preocupa demasiado, son flatus vocis, “expresiones que no dicen nada”. Me acusa de atacar la libertad religiosa cuando en realidad yo estoy ejerciendo mi libertad religiosa. ¿O es que solo él tiene libertad religiosa?

Usted también estuvo once años en un seminario. ¿Tiene algo de autobiográfica la obra?

No. Nada. Es verdad que yo tampoco llegué nunca a ordenarme, pero fue porque vi como toda la obra del Vaticano II, que era como un faro para mi generación, se la estaban cargando y que ya no tenía espacio allí.

En la obra salen los Pacelli, familia del Papa Pío XII, los Martini, del cardenal de Milán Carlo Maria Martini, el teólogo Hans Küng… Muchas referencias reales

Yo hago “teatro documentado”, donde hay una investigación previa muy potente que se incluye en el texto y que, al final de cada escena va acompañado con notas y bibliografía. Pero todo lo que digo en el teatro está absolutamente documentado. La corrupción en la Iglesia: el mismo Papa Francisco llamó al orden a un cardenal por mudarse a un piso de lujo. Pederastia: no hace falta contar todos los casos, ¿verdad? ¡Yo no me invento nada!

Se inventa un libro prohibido por la Inquisición

Sí, mucha gente me ha preguntado donde encontrar el libro, pero este solo está en mi mente. Es obra de un personaje, la teóloga Marta Martini de Küng, y lo he titulado Amores del amor, siguiendo las enseñanzas de San Pablo, quien decía que el amor se vive de múltiples maneras. Puede ser heterosexual, homosexual, lo que sea, lo importante es que haya amor. Y el libro es escandaloso y el Santo Oficio lo prohíbe pero ella lo publica igual.

También hace una interpretación diferente del pecado de Sodoma

Bueno, no es una interpretación mía, mucha gente ha escrito en esta línea, que no es otra que el pecado de Sodoma no es un pecado nefando, no tiene nada que ver con el sexo, sino con incumplir las leyes de asilo cuando le piden a Lot que les entregue los dos ángeles para su disfrute, y cuando Lot se niega le amenazan a él también recordándole que es un extranjero. Aquí lo relevante no es el tema sexual, sino el trato que se da al extranjero.

Los ángeles de Sodoma aparecen también en el texto, de hecho son el mismo subtítulo, y tienen forma de refugiados

Claro, es una denuncia a esta Europa que yo llamo Europa sodomítica, pero precisamente porque se niega a cumplir con la ley de asilo en casos como los de Lesbos, que no tienen ninguna justificación. De hecho, cuando Cañizares se dedicó a esparcir dudas sobre los refugiados [en 2015 se preguntó públicamente si los refugiados eran “trigo limpio”] también violó esta ley de acogida y por esto yo lo considero un mal pastor, porque utiliza la misa para hacer mítines.

Volviendo a la denuncia. En realidad a usted lo acusan por un cartel creado por otra persona. ¿Tiene algún sentido?

Nada de esto tiene demasiado sentido, pero supongo que en su concepción vertical pensarán que “si no hay obra no hay cartel”, pero no es evidente que no han leído el texto. De hecho, la mujer de los Abogados Cristianos [Polonia Castellanos, autora de la denuncia] dijo en televisión una cosa como “visto el cartel a ver como es la obra”. Y claro, si quieren saber como es la obra lo tienen muy fácil, porque está editada desde 2017 y ahora se ha reeditado en un volumen con mis obras completas.

Pero en realidad a ellos todas estas polémicas les importan muy poco, ya que lo único que quieren es usarla como ariete para atacar al PSOE y a Podemos. Por esto también han denunciado la Diputació de València por subvencionar la puesta en escena, cuando en realidad es una cantidad que si se ve el desglose te das cuenta que es muy barato.

¿Teme que llegue a algún sitio?

No, para nada. De hecho ya me han avanzado que la Fiscalía va a pedir el archivo de la causa y no creo que el juez la mantenga con la Fiscalía en contra.

Al final la denuncia ha servido para dar publicidad a la obra. ¿Está contento?

No se si me favorece o no. Yo he tenido mucho éxito en otras obras sin necesidad de polémicas. Quizás sí que alguna gente me habrán conocido por esto pero también hay otras personas para las cuales llevaré un estigma toda la vida. Yo me la habría ahorrado, la verdad.

A pesar que el teatro es una expresión muy minoritaria, al menos en el País Valenciano parece que escuece. Hay muchos casos de censura o problemas con obras, como por ejemplo Xavi Castillo, Corrüptia, usted mismo…

El teatro quizás no es tan masivo como la televisión o la música, pero es un medio que tiene mucha fuerza, es muy directo y llega muy profundamente al espectador, quizás por esto preocupa tanto. Pero bueno, la censura tampoco me viene de nuevo, cuando creamos la compañía Grup 49 [en los años 70] sí que nos persiguió la censura por todos lados. Recientemente pude leer alguno de los informes y ¡caray! Realmente se ganaban el jornal.