La Asociación Vecinal La Axerquía ha vuelto a denunciar la alta actividad religiosa y de ocio que se concentra en la zona del Casco Histórico y alrededores. En esta ocasión, se han referido a las más de 60 procesiones que tendrán lugar por estas calles a lo largo del mes de septiembre.
Desde la asociación han apuntado que estos vecinos de la ciudad tienen “derecho al descanso, derecho a la integridad física y psíquica, a la seguridad y a la movilidad”.
La Axerquía ha advertido de que “en ningún momento estamos cuestionando el sentimiento religioso ni el profeso de una fe”, por lo que han apuntado que “no toleramos que nadie nos acuse de antireligiosos ni nada parecido”. A ello ha añadido que “muchos de nuestros socios y socias son personas creyentes que encuentran en las enseñanzas de Jesús una manera de entender el mundo y las relaciones humanas”.
También han recordado que no solo han denunciado la alta cantidad de eventos religiosos que tienen lugar en esta zona, sino que también se han referido a Río Mundi, la Noche Blanca del Flamenco, a la invasión del turismo o el ocio de borrachera.
En cuando a esas más de 60 procesiones que se celebrarán en el mes de septiembre, la asociación de vecinos se ha preguntado si “alguien ve eso normal” y ha recordado unas cifras aportadas por el mismo Ayuntamiento, que cifraba en 200.000 las personas que se esperan para la Magna Nazarena del 14 de septiembre. Estas cifras, han denunciado, son “desproporcionadas, abusivas, descontroladas e imprevisibles”.
Para la asociación, todos estos actos supondrán una ocupación de la vía pública “desaforada y desmedida” que además supondrá que los servicios públicos estén “al servicio de tales eventos con lo que estos no estarán para las contingencias del resto de necesidades ciudadanas“.
La Axerquía también se pregunta sobre los “supuestos beneficios” del turismo religioso, “dónde redunda y en qué bolsillo se calienta”, y ha añadido que hay algunas cosas que sí tienen respuesta como que “no podemos salir de nuestras casas que sufren el deterioro de lo incívico, la angustia y el estado de nervios por la falta de descanso, la invasión por el continuo ruido, la impotencia de sentirnos desprotegidos por las instituciones y la administración”.
Es por todo esto que la asociación ha hecho un llamamiento para que esto “no vuelva a ocurrir” y para pedir a las administraciones “que hagan algo”, como un control “no arbitrario” de la ocupación de la vía pública.