En la provincia imparten la materia 240. De ellos 188 lo hacen en colegios concertados junto con otras áreas, y 60 en centros públicos (41 en Educación Primaria y 19 en Secundaria)
El profesor de Religión posee dos acreditaciones que avalan su profesionalidad y su eclesialidad: la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI) y la Missio canónica. Precisamente ayer el obispo de la Diócesis, José Ignacio Munilla, les hizo entrega de la segunda, que es el mandato de enseñar en su nombre, como miembros de la Iglesia, de cuya misión participan con el anuncio de Jesucristo en su acción. Fue en el transcurso de una celebración que tuvo lugar en el Seminario Menor y en la que también hicieron profesión de fe y renovaron las promesas del Bautismo.
Según los datos facilitados por la Delegación Diocesana de Enseñanza, en la provincia la cifra de profesores de Religión es de 240. Hay que señalar que 188 de ellos están en colegios concertados y también imparten otras materias. En lo que se refiere a los centros públicos, los profesores de Religión suman 60 (41 en Educación Primaria y 19 en Secundaria). Cabe comentar que todos son seglares, salvo tres sacerdotes (en ESO).
Otros cursos este acto incluía una conferencia, de la que en esta ocasión se ha prescindido dado que acaba de celebrarse una nueva edición de la Semana Cultural Id y Enseñad.
La capacitación del profesor de Religión y Moral Católica en material de Teología y Pedagogía puede realizarse a través de instituciones diversas habilitadas para ello, según un plan de estudios oficialmente reconocido. Dicha capacitación es refrendada por la Conferencia Episcopal Española en una Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI), que supone la garantía profesional para el ejercicio de esta docencia específica.
La formación teológica viene requerida por la fidelidad a la fe de la Iglesia, el contenido doctrinal presente en el currículo y la propuesta de la fe en el diálogo con la cultura de su tiempo. El profesor de Religión debe conocer la doctrina del Magisterio de la Iglesia y permanecer atento a las enseñanzas actualizadas del mismo que imparten tanto el Romano Papa como los obispos.
La preparación pedagógica es fundamental para adquirir la didáctica y los recursos educativos que le permitan transmitir los contenidos de su materia de forma gradual, progresiva y adecuada a las características del alumnado, así como motivarlo, orientarlo y comunicarse con él de manera eficaz.