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Los obispos españoles entonan un ‘mea culpa’ pero se quedan solos en su afán por no investigar los abusos del clero

La Conferencia Episcopal española, que este lunes arranca su Asamblea Plenaria de otoño, no se plantea investigaciones similares a las llevadas a cabo en Francia o anunciadas en Portugal, aunque algunos obispos sí podrían solicitar un ‘estudio interno’ de los archivos eclesiásticos.

Los obispos admiten que los escándalos de corrupción y de abusos sexuales han hecho mella en la relación entre la institución eclesial y sus fieles. Y han entonado el ‘mea culpa’ en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal este lunes. «En no pocas ocasiones contribuimos, no sin escándalo, a la desafección y a la falta de confianza en la jerarquía, en la propia Iglesia», ha asegurado su presidente, Juan José Omella, que ha pedido «perdón a las víctimas y a la sociedad». Además, ha exigido «trabajar por la erradicación y prevención» de estos delitos, aunque no está claro cómo, ya que ha descartado cualquier tipo de investigación interna o externa sobre la pederastia como la que ha realizado Francia.

Y no solo Francia. El viernes pasado, la Conferencia Episcopal portuguesa anunció la creación de una comisión independiente de investigación que abordará los abusos entre el clero luso en el último medio siglo, siguiendo los pasos del informe Sauvé de los obispos galos, que destapó el horror de 330.000 víctimas en los últimos 70 años. Los españoles son los únicos, junto a los italianos, en ocultar bajo siete llaves el drama de la pederastia clerical.

La Iglesia en España se ha negado sistemáticamente a cualquier investigación, interna o externa, que suponga poner a disposición de expertos los archivos eclesiásticos, lo que la coloca a la cola de la transparencia sobre la pederastia clerical. Pero esto, según algunas fuentes, podría cambiar en breve, pues un grupo de prelados estaría de acuerdo con elaborar un «estudio interno» para conocer el alcance real de los abusos a menores desde el final de la Guerra Civil hasta nuestros días.

Hasta el momento, las únicas cifras oficiales son de abril de este año, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe remitió a los obispos de nuestro país la cifra de 220 casos de abusos por parte de clérigos españoles en las últimas dos décadas. De ellos, 144 pertenecen al clero diocesano (de los que se han resuelto 101), y 76 del clero perteneciente a la vida religiosa (resueltos, 50). El resto, «siguen abiertos».

El Vaticano no ha informado del total de víctimas ni de qué castigos han recibido los culpables. Tampoco de su procedencia o profesión. En la información no aparecen los casos de depredadores sexuales laicos, o religiosos no sacerdotes. ¿Los conoceremos en el futuro? «La Conferencia Episcopal no tiene intención de abrir ninguna investigación», apuntó en su momento secretario general y portavoz de la CEE, Luis Argüello.

Un mínimo e insuficiente paso adelante

La propuesta, que se llevaría a debate en esta plenaria –ha comenzado este lunes y se extenderá toda la semana– supondría de prosperar un pequeño paso adelante de la institución. Pequeño, porque en principio esa posible investigación interna no se haría pública y porque apenas se limitaría a bucear en los archivos diocesanos, sin profundizar en entrevistas con afectados o con responsables de colegios, internados y demás instituciones religiosas.

Fuentes extraoficiales apuntan que, en todo caso, no se trataría de una acción inmediata ni de repercusiones públicas, sino un modo de que los obispos «conozcan de primera mano» los «monstruos en el armario» que pudieran esconder sus archivos. Unos documentos, en los que, admiten, es posible que no se encuentre apenas nada. «La práctica en aquellos tiempos no era precisamente la de dejar anotadas las monstruosidades que se hacían, ni los traslados de curas abusadores», afirma a elDiario.es el responsable de uno de los archivos diocesanos más importantes de este país, que solicita el anonimato y que cree que, «si de verdad se quiere hacer algo, hay que dejar manos libres a investigadores independientes para que hagan su trabajo, y lo presenten en sociedad».

Comisión con «total independencia»

Algo parecido a esto es lo que hará la Iglesia portuguesa, siguiendo el ritmo marcado por los obispos franceses. Tal y como anunció el presidente de los obispos del país vecino, se creará una «Comisión nacional» para investigar los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables cometidos en el seno de la Iglesia en los últimos cincuenta años.

Una comisión que no estará controlada por la Conferencia Episcopal, y que tendrá «total independencia». «Queremos llegar al fondo de las cuestiones, la Iglesia está preparada para todo», afirmó el prelado, informa Efe.

«Si hubo actitudes de encubrimiento en el pasado, las trataremos también. Eso forma parte de la honestidad con la que tenemos que enfrentar esto», dijo el presidente de la Conferencia Episcopal. Los obispos respondían así a una petición de más de 250 católicos de reconocido prestigio de Portugal que clamaron por una investigación nacional «rigurosa, integral y verdaderamente independiente con un lapso de tiempo de 50 años». En España tampoco se ha habido una petición similar por parte de sectores católicos laicos.

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