El Constitucional castiga al partido de Erdogan reduciéndole a la mitad la financiación pública El primer ministro se compromete a proteger el laicismo, mientras la UE saluda el veredicto
Por los pelos. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) del primer ministro Recep Tayyip Erdogan evitó ayer la ilegalización, a pesar de que seis de los 11 miembros del Tribunal Constitucional votaron a favor de la disolución del partido político. Para forzar la ilegalización eran necesarios siete votos, es decir, tan solo uno más. Del resto de los togados, cinco votaron a favor de que se retirasen los fondos públicos al PJD y uno, el presidente del tribunal Hasim Kiliç, cercano a la formación de Erdogan, votó en contra.
De hecho, el PJD se libró de poner fin a su aventura política gracias a una modificación legislativa introducida por su propio Gobierno que elevó de seis a siete los votos necesarios en los procesos de ilegalización, una reforma para acercarse a la legislación de la Unión Europea. Se pone así punto y final al proceso que comenzó el pasado 14 de marzo, cuando la fiscalía acusó al PJD de haberse convertido en un "centro de actividades contrarias al laicismo".
POSIBLE PUNTO Y SEGUIDO
Aunque quizá este veredicto se convierta en un punto y seguido, ya que, en una salomónica decisión, el alto tribunal canceló la mitad de los fondos públicos de la formación islamista liberal. Esta resolución entrará en efecto a partir del año que viene, cuando se celebrarán elecciones locales, lo que puede suponer un golpe a la organización del partido. Con todo, el PJD cuenta con una buena red de donantes privados y contactos en el mundo económico que le ayudarán a sobrevivir.
"Creo que los partidos harán los análisis necesarios y tomarán nota del mensaje, porque se trata de una severa amonestación", afirmó el juez Kiliç. Por eso, algunos analistas aventuran que la ajustada decisión pudo ser pactada para no dañar la situación del país, aun enviando una dura advertencia: "No ha sido un rechazo completo a la ilegalización, ya que sigue existiendo el peligro de que se repita el proceso. Retirar los fondos es un mensaje de 'andaos con cuidado, porque si repetís lo que habéis hecho, os ilegalizaremos'", afirmó el periodista liberal Mithat Sancar a la NTV.
Sea como fuere, se pone fin a la incertidumbre de cuatro meses y medio de proceso judicial. Una incertidumbre que ayer ejemplificaron a la perfección los periodistas turcos, que se subían literalmente por las paredes del edificio del Tribunal Constitucional, introduciendo los micrófonos por las ventanas por si pescaban alguna información útil antes de que los jueces dieran a conocer su veredicto. También la bolsa respiró al intuir un veredicto favorable y cerró con un 5,4% de alza.
En la sede del PJD en Ankara no se hicieron esperar las celebraciones. Una alegría que también alcanzó a otros grupos políticos y se extendió incluso a las instituciones europeas en Bruselas. "La decisión es importante para la democracia turca porque respeta la voluntad popular", opinó Ahmet Türk, líder del Partido de la Sociedad Democrática (nacionalista kurdo), también pendiente de un proceso de disolución. El Partido de Acción Nacionalista (ultraderechista) coincidió con sus acérrimos rivales kurdos en que la ilegalización política no es positiva. Cristina Gallach, portavoz del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, calificó la decisión de "buena noticia".
INDIGNACIÓN EN LA OPOSICIÓN Muy diferente fue la valoración del principal grupo de la oposición, Partido Republicano del Pueblo (PRP, nacionalista laico), ya que según su líder, Deniz Baykal, los jueces han determinado que el PJD "es un centro de actividades contrarias al laicismo" y "la crisis no ha sido resuelta".
Un Erdogan eufórico se presentó ante la prensa para mostrar su alegría por la decisión judicial que supone "el fin de la incertidumbre": Erdogan se comprometió a "proteger los valores republicanos", cuyo pilar es el laicismo: "El Estado democrático, laico y de derecho sigue su camino", afirmó.