El proyecto de ley aprobado hoy establece también la necesidad de respetar las características arquitectónicas, culturales y de tradición a la hora de definir la ubicación de los centros de culto
Los ayuntamientos dejarán de estar obligados a reservar suelo para usos religiosos en sus planes urbanísticos, tal como ocurría hasta ahora, según prevé un proyecto de ley que ha aprobado hoy la Generalitat. La nueva ley retirará la exigencia de reservar suelo para usos religiosos con el fin de "garantizar el principio de autonomía local", según ha informado el Gobierno catalán.
En consecuencia, "a partir de ahora se tendrá en cuenta las necesidades de cada municipio" a la hora de construir nuevos centros de culto. La Generalitat asegura que la Ley de Centros de Culto aprobada por el anterior gobierno tripartito "había generado algunas dificultades en su aplicación que hacía necesaria su modificación". El proyecto de ley aprobado hoy introduce la necesidad de que se tome en consideración el grado de implantación de cada religión a la hora de ofrecer acceso a equipamientos o espacios públicos para la práctica esporádica de actividades de carácter religioso.
El texto también introduce nuevas condiciones técnicas que deben cumplir los centros de culto, como "respetar las características arquitectnicas, culturales, de tradición, históricas y elementos artísticos" del lugar donde se ubiquen. Asimismo, los centros de culto deberán disponer de medidas de aislamiento suficientes para evitar las molestias a los vecinos y tendrán que cumplir las condiciones generales de protección contra la contaminación acústica. Los centros ya existentes tendrán diez años para adaptarse a la nueva normativa, según el texto del proyecto de ley.
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