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La salida y el regreso de ‘La cruz en las aulas’

Francisco Delgado tiene una carrera excelsa y es uno de las personas que en cierta medida ha ayudado a construir este país. “Es presidente de Europa Laica, fue diputado constituyente, participó en la elaboración de la Constitución como diputado, fue senador, fue concejal en el Ayuntamiento de Albacete y estuvo de presidente de Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) durante muchos años” este el retrato que esta tarde hacía Augusto Serrano, portavoz nacional de STE, del autor de ‘La Cruz de las Aulas’. “Yo defino muchas veces a Paco como un agitador social, porque agita consciencias y saca contradicciones al poder establecido y se puede apuntar como méritos haber avanzando en el laicismo”, resumía esta tarde Serrano.

Francisco Delgado estuvo ayer por la tarde para presentar un libro en el que trata de analizar la religión dentro de las aulas  siempre situada entre la secularización de la sociedad española y el entramado de la Iglesia Católica que no se diluye solo en la clase de religión. Un aspecto en el que él colaboró dentro del mundo político y continúa haciéndolo a través de Europa Laica, y los preparativos para lanzar en la próxima primavera la red de municipios laicos, un ambicioso programa para reunir organizaciones y ayuntamientos en torno a la idea de separar Iglesia y Estado.

“La cruz en las aulas es una metáfora pero que no es tan metáfora en realidad. La religión sigue instalada en el sistema educativo no solo en el ámbito de lo que es la simbología, porque si en los años 80 se levantaban los cuadros de Franco, José Antonio y el Crucifijo luego en los años 80 o 90 volvían a entrar los crucifijos junto a la efigie del monarca y no porque el Ministerio lo llevara en el pack, sino porque la gente lo llevaba”, apunta Francisco Delgado. 

Delgado considera que en los centros de enseñanza hay unas personas, “los profesores de religión”, que “en realidad son delegados diocesanos de los obispados en los centros y su labor es enseñar catecismo a los chicos que tienen religión, pero mucho más importante es su trabajo de trasladar la pastoral en los centros”. Esta segunda labor silenciosa es la que va creciendo y se puede notar en el mundo educativo con el intento de “celebrar todas las fiestas católicas independientemente de que el alumnado sea de innumerables condiciones, con familias ateas, agnósticas, musulmanas,…”.

Como ejemplo de este crecimiento Delgado señala los “belenes de Navidad, las procesiones dentro de los centros en Semana Santa y las vírgenes que se ubican allá donde se puede”. “Los claustros no quieren tener problemas con esta gente ya que al no tener horarios suficientes los profesores de religión suelen ser quienes ayudan a dar materia, falta un profesor,…” y se les deja el desarrollo de estas actividades.

El presidente de Europa Laica recuerda que estos profesores de religión lograron con la Ley Orgánica de Educación contar con el estatus de “personal laboral al servicio del Estado”. En la práctica implica que los profesores de religión se encuentran en la escala laboral educativa “por encima de los interinos” quienes tras aprobar una oposición “van y vienen” entre centros educativos y  “no cobran salario en verano”. “Esta gente pese a ser designado por los Obispos tienen ese estatuto”.

“Ahora el PP con la Lomce, la religión entra dentro de la calificación den las becas” y mientras “las editoriales católicas hacen los libros de texto, todos” lo que lleva a un panorama en el que se imparte una educación “paternal, cristiana”. “Además España es el segundo país europeo que más educación privada tiene, financiada por el Estado, y que en un 80% es de ideología católica”, indica Delgado como otros ejemplos de que la cruz permanece en las aulas.

El libro repasa la historia para “llegar a esta situación” y que se ha provocado por acciones realizadas antes y después de la democracia. Posteriormente se ahonda en el trabajo que se puede desarrollar para evitar esta situación, que advierte difícilmente se puede cambiar “a corto plazo”. De hecho el plazo se alarga si se tiene en cuenta que, en opinión de Delgado, el Tratado de Lisboa, provoca la entrada de las empresas privadas en la educación y que reconvierte la enseñanza “en un brazo armado del capitalismo”.

“Hay que hacer una educación laica y dentro del espacio que pueda quedar si se quita la religión puede aparecer una asignatura que se llame valores cívicos y sociales donde se analice el hecho religioso”, considera Delgado. “Si es que queda tiempo es bueno que se estudien los valores cívicos” y “sobre todo qué es una sociedad plural, donde cada uno tiene una condición religiosa, atea,…”.

A pesar de estos argumentos, Delgado reconoce que solo hay un modo de quitar la religión de las aulas y es que “los padres dejen de llevar a sus hijos”. “En la escuela pública, en el conjunto de todas las etapas, los alumnos de religión son menos del 45%”, aunque “es cierto que en los primeros cursos y hasta la Comunión van más a religión”. “Poco a poco llegará un momento en que cada vez menos niños tengan religión y que vaya despareciendo de titularidad pública”. 

“El tema de que haya religión dentro de la escuela no es solo una cosa de España”, indica Delgado, quien recuerda que hay “15.000 profesores de religión en la escuela pública y 6.000 en la escuela privada”. Estas cifras implican que cuesta “611 millones de euros impartir catequesis en las escuelas españolas”. 

Este clima de menos alumnos y de reflexión sobre el gasto público vinculado al cristianismo es un aspecto que ha entrado de lleno en la agenda política tras las pasadas elecciones municipales. En Ciudad Real el pasado Pleno aprobaba revisar los edificios exentos del IBI y el equipo de Gobierno anunció que acudiría únicamente a cuatro procesiones al año.

“Hay luces y sombras” en este proceso para el presidente de Europa Laica. “Hay algunos alcaldes que están manteniendo una cierta secularización, el caso del alcalde de Santiago de Compostela o el de Valencia” pero hay otros casos como el de “Manuela Carmena que le va la marcha, y que representa a un colectivo de centro izquierda, le gusta visitar a la Almudena”. 

Para Francisco Delgado todo alcalde que va a un acto religioso en representación de su función pública “está incumpliendo la Constitución española”. “Como persona puedes ir a lo que te dé la gana” pero como “cargo público no debes de ir a un acto religioso”.

La actitud de Delgado siempre encuentra sus detractores frente a los que el presidente de Europa Laica propugna “pedagogía”. El presidente de Europa Laica recuerda que “en el año 79 cuando se celebraron las primeras elecciones municipales muchos alcaldes hicieron estos gestos” y pone su ejemplo, como concejal de Albacete, donde su alcaldesa y él mismo “jamás” fueron a un acto religioso. “A mí nadie me ha insultado ni nada”. 

La situación actual y la crispación que genera en cierta parte de la sociedad el buscar una sociedad laica procede para el presidente de Europa Laica del año 95 y la victoria del PP y la caída del PSOE. En aquel momento “el PP intentó incentivar la religiosidad de la institución” y “luego la han continuado otros alcaldes del PSOE”. “Hay que volver otra vez a los comienzos de la democracia y que los ayuntamientos sean laicos”, indica Francisco Delgado, que recuerda que lo dice “la Constitución española, es algo para lo que no hace falta cambiarla”.

En este campo entra la red de municipios laicos. Un proyecto a medio plazo que es una propuesta para desarrollar a nivel estatal. “La sociedad plural y quien tiene que ser laico es el Estado”, las amdinistraciones, recuerda Delgado, para diferenciar que la sociedad puede ser cristiana o atea, pero el Estado debe mantenerse al margen de las creencias de los gobernados. “Estamos proponiendo a ayuntamientos, como el de Santiago de Compostela,” que “aprueben en Pleno” declararse laicos para llevar a cabo una serie de “principios laicistas” como que “los cementerios sean civiles y a la gente se le entierre como cada uno quiera” o que “se fomente el derecho a la libertad de conciencia” y que “no haya simbología religiosa en los espacios que son de todos”.

“Veremos si sale o no sale” para lo que anuncia una asamblea constituyente en el mes de marzo o abril para que haya una red que intercambie información.IMG_0167

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