Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

La “Sala de Reflexión” universitaria de Tàpies

El artista catalán consagró en los 90 en un campus de la UPF un espacio de culto agnóstico único en el mundo

La mayor parte de grandes universidades tienen un espacio en sus campus dedicados al culto. El pintor y escultor catalán Antoni Tàpies (1923-2012) supo darle la vuelta al concepto de veneración y religión cuando en 1993 recibió el encargo del entonces rector de la joven universidad Pompeu Fabra, Enric Agulloll, de realizar una intervención artística en el centro.

El lugar escogido fue el campus universitario de la Ciutadella, en las inmediaciones del parque del mismo nombre. Allí, en la planta baja del edificio Jaime I, Tàpies diseñó la llamada “Sala de Reflexión”, una capilla laica rectangular de 10 metros de largo por 5 de ancho y una altura de 10 metros que se convirtió en un pequeño museo del informalismo, un movimiento artístico del siglo XX nacido en Francia y que el artista catalán encabezó junto a otros artistas.

El sentido del culto laico

La obra del artista supuso una revolución para la universidad pública, que se convirtió en la primera de España en tener una instalación destinada al culto laico. “Los que somos agnósticos también podemos tener un espíritu religioso”, comentó Tàpies el 5 de diciembre de 1996 durante el acto de inauguración de la que popularmente se denominó La Capilla de Tàpies.

Javier Aparicio, catedrático del departamento de humanidades de la UPF, reconoce que “tenía sentido que en una universidad absolutamente pública no hubiera vinculación con ninguna confesión”.

Díptico de la campana

Antoni Tàpies quiso que el protagonista de la sala fuera el silencio en contraste con el ruido y la agitación propia de un lugar con jóvenes estudiantes. En ese espacio, de 500 m3, aprovechó para instalar una de sus obras creadas en 1991, Díptico de la campana, una pequeña escultura titulada Serp i plat y una veintena de sillas de boga colgadas verticalmente de una de las paredes de hormigón. El pintor catalán también realizó los esgrafiados y dibujos que se pueden ver en la puerta de acceso a la esta singular sala.

Reapertura al público

Al poco tiempo de ser inaugurada, la Sala de Reflexión cerró sus puertas al público. Ahora, con motivo del 25 aniversario de la universidad catalana, se ha decidido reabrir un tesoro de gran valor, que se convirtió en la tercera gran obra pública del artista catalán en Barcelona.

“Hemos hecho un esfuerzo con muy pocos medios y la colaboración de entidades”, apunta el catedrático Javier Aparicio, que ha promovido el UPF Art Track , un recorrido por el patrimonio artístico de la Universitat Pompeu Fabra y en que también se incluye el edificio del Dipòsit de les Aigües, que se proyectó en 1954 y que actualmente acoge la biblioteca de la universidad.

Gracias a esta iniciativa cultural también ha sido posible recuperar un valioso archivo audiovisual en el que se puede observar a Antoni Tàpies trabajando in situ en el diseño y composición de la capilla laica.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share